Ana y Mario se han quedado mudos al conocerse y ojipláticos al saber que se veían cada mañana y no se había prestado atención. Ana ha conocido en ‘First Dates’ al autobusero que la lleva cada mañana en el trabajo y ha saltado la chispa.
Alegre, sana, honrada y disfrutona, Ana es una mujer con mucha alegría al que le encanta su trabajo de auxiliar de clínica. Lleva siete años soltera y disfrutando de la vida. Busca a un hombre educadito, sincero, alegre, que sea gracioso “yo un muerto no quiero al lado”.
Mario, su cita, se ha presentado como un hombre positivo y “disfrutón”. Él ha entrado con mucha energía, pero al verle la cara de Ana ha cambiado por completo. Mario asegura no creer en el matrimonio, pero al saber que Ana es de Málaga lo ha tenido claro “boquerón y boquerón”. A él sí le ha gustado ella, pero al tenerla cerquita se ha quedado completamente mudo.
Ana quería que Mario le contara algo sobre él, pero él no ha sido capaz de articular ni una sola palabra “Es cortito, es cortito, es un hombre cortado”. El silencio se ha apoderado de la cita y ella ha intentado romper el hielo brindando con él por segunda vez.
Al verle tan cortado, Ana ha sentido que Mario era soltero y no se ha equivocado. También ha querido saber cuántos años tenía y se ha sorprendido al saber que era más joven que ella. A los dos les gusta mucho viajar y son muy aficionados a los cruceros “mi próximo crucero será el quinto que haga y me gustaría que ella viniera conmigo”.
El mundo es un pañuelo y Mario y Ana lo han comprobado en ‘First Dates’. Él le ha contado que es autobusero y ella le ha confesado “yo soy la niña del autobús, cojo el 21, el 15, el C2…”. La cara de Mario se ha transformado por completo y es que él es el conductor del autobús número 15 de Málaga. Mario había sentido que la cara de Ana le sonaba de algo y no se había equivocado.
Entre ellos ha comenzado un interesante juego de miradas y el soltero ha sentido que igual podía surgir algo de la cita. Ella ha querido saber por qué estaba soltero y él le ha dicho que no había surgido la ocasión, pero que estaba buscando algo serio. En el fotomatón, Mario ha pisado el acelerador y ha buscado que Ana le diera su primer beso, pero ella ha tirado de freno de mano, le ha dado un beso celestial y le ha dicho que se esperara a otro momento porque estaban en la televisión.
Ambos han tenido claro que no todos los días se conoce a un boquerón y que querían seguirse conociendo fuera del restaurante. Pero antes de que Mario la vuelva a llevar en su autobús, han decidido irse a conocer Madrid de la mano.