Diego ha venido a ‘First Dates’ en busca de una mujer sin barreras mentales y ha terminado alucinando al ver que la joven que le estaba robando el corazón le invita a marcharse en mitad de la cita. Sí, en lugar de salir corriendo, Anna invitó a su cita a irse y no volver.
Anna, su cita, es una joven de origen polaco de mente abierta que ha vivido en un montón de países y que busca a un hombre que quiera algo más que sexo. A Diego le ha causado muy buena impresión y rápidamente ha querido saber más cosas sobre ella.
Ya en la mesa, Diego ha querido saber cuál era la profesión de Anna y ella le ha contado que daba masajes. Una palabra que ha despertado la curiosidad del soltero que no ha parado hasta descubrir que además de dar masajes descontracturantes, daba masajes relajantes con piedras calientes. Él le ha contado que practica yoga y realiza varios retiros de meditación al año, algo que a ella le llama la atención, pero según él no demasiado.
Diego ha querido saber más de Anna y le ha preguntado por el arte, la música y el tipo de baile que le gustaba bailar. Ella le estaba respondiendo, pero no terminaba de sentirse cómoda a su lado y no entendía bien lo que quería decirle. Diego le ha preguntado que cuál era su principal activo y a ella le ha costado entender la pregunta “Yo soy un tipo culto, no lo digo yo, me lo dicen y me cuesta trabajo expresarme con un lenguaje de la calle”.
Finalmente, le ha dicho que era una persona humilde y le ha soltado un “tú, no, ¿no?”, algo qu a él le ha dejado frío, pero que no le ha frenado porque asegura ser una persona sin límites mentales “igual que tú, somos gente viajada”.
La cita de Anna y Diego no estaba fluyendo y en el momento que ha comenzado a sonar la música, la cosa se ha roto del todo. Él se ha venido muy arriba al ritmo de la música electrónica que ha comenzado a sonar en el salón, y cuando decimos muy arriba es que ha terminado subiéndose a las sillas y tirándose por el suelo, y ella lo ha pasado realmente mal.
Tras el intenso baile, Diego ha querido saber cómo se lo estaba pasando su cita y al escuchar un “bueno”, le ha preguntado de forma irónica “¿Me voy?”, sin imaginarse que se iba a quedar con la boca abierta con la respuesta de Anna “Si quieres”. La joven polaca le ha dejado claro que lo suyo no iba a funcionar.
En el momento de la decisión final, Anna le ha dicho que era un hombre demasiado sarcástico para ella y que no había sentido conexión, algo que él no ha sentido porque sí quería repetir cita.