Hay decenas de factores que pueden hacer que no estés cómodo en una primera cita. Puede que no te guste la persona que tienes en frente, que haya algún detalle de su físico que te ponga nervioso, que choquéis en ideología… Todos nos hemos puesto nerviosos alguna vez al conocer a alguien, pero de ahí a sentir lo que han sentido algunos de nuestros solteros de ‘First Dates’, hay un trecho.
En el restaurante hemos visto muchos tipos de citas y cuando os decimos que una cita es incómoda, es que lo es. No nos vale eso de estoy un poquito incómodo o algún que otro “¡Tierra, trágame!”, que solemos escuchar. Las citas que vamos a recordar en esta ocasión son de las que jamás te gustaría protagonizar y que hasta a nosotros que estamos curados de espanto, nos han sacado los colores.
Podría parecer que un jacuzzi con burbujas y un coctel podrían ser las dos herramientas perfectas para que una primera cita terminará con éxito en plena ola de calor, pero en el caso de Tomás, lo único que hicieron fue empeorar más la situación. Y es que el soltero se sintió como una auténtico Rambo “Acorralado” al ver que una rubia despampanante se le subía encima dentro del jacuzzi y no le dejaba escapar. Tanta pasión para una primera cita igual no es buena idea y decimos quizás.
Los nervios, la tensión, la vergüenza… Son muchos los motivos que pueden distraer tu atención durante una primera cita y más si es en un programa de televisión. Puedes mirar a quién tienes al lado, buscar la cámara oculta, tener un momento fan con Carlos Sobera o los chicos del staff, pero sí te pasas toda la cita mirando a la chica de la mesa de al lado, lo tuyo tiene otro nombre y no es un despiste. La de María con Francisco fue una cita de esas que no se olvidan.
Sergio y Lidia luego consiguieron reconducir un poquito la situación, pero comenzó con un momento incomodo de los que te cortan el rollo. Él no solo se limitó a mirarle las tetas sino que se quedó tan prendado de Lidia Torrent que se olvidó de quién era su cita.
Regla número 1 para buscar el amor en ‘First Dates’. Es muy probable que estés desesperado y que llegues al restaurante con la sensación de que estás ante la mejor oportunidad de tu vida para enamorarte, pero no es necesario que se lo hagas ver a tu cita. Un claro ejemplo de lo que no se debe hacer en una cita a ciegas es lo que hizo Patricia. Se presentó asegurando que buscaba que le dieran “mandaga” y lo buscó de forma desesperada.
La educación es fundamental en una primera cita y las cientos que vengan detrás. Aunque no te guste la persona que tienes delante, es importante mantener un mínimo de educación y no perderla en ningún momento, no te vaya a pasar como a Jerzy y Cristian, que controlaron su verdadero yo hasta que llegó el momento de la decisión final. Lo suyo había sido una cita incómoda de manual, pero cordial hasta que llegaron las calabazas y los cuchillos empezaron a volar sobre sus cabezas.