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Moreno ha venido a ‘First Dates’ en busca de un hombre mediterráneo que le hiciera sentir mariposas en el estómago, pero ha cenado con Bruno, un uruguayo que le ha seducido con su acento y que ha despertado su curiosidad sexual.
Moreno lleva varios años solteros y ha conocido a mucha gente “no me he quedado en casa jugando a cartas”, pero no ha encontrado a alguien que le haga sentir mariposas en el estómago. Asegura que es muy exigente y le gustan los hombres mediterráneos.
Bruno, su cita, asegura que es romántico, cariño e “intenso, soy muy intenso y detallista”. Al conocerse, han tenido una buena energía y han comenzado hablando de sus orígenes. El abuelo de Moreno también era italiano, pero él viene de Uruguay aunque vive en Barcelona.
Bruno y Moreno se han gustado y su cita ha fluido desde el primer momento, han comenzado hablando de los lugares que más les gustaban y a Moreno le ha encantado el acento y la pronunciación de la palabra “playa” de su cita.
Moreno ha aprovechado el rasca del amor para conocer más a Bruno en el terreno sexual y se ha inventado las preguntas sobre la marcha. Estaba convencido de que su cita se iba a cortar ante preguntas tipo “¿Con qué frecuencia te masturbas?”, pero no ha sido así. Bruno se ha mostrado muy natural y le ha respondido a todo como si nada.
En el momento del postre, Bruno ha querido que su cita fuera el que le diera a probar su tarta y en un descuido le ha tirado toda la copa de vino encima “mi madre decía que era alegría cuando pasaba esto” y le ha hecho una cruz en la frente con el líquido. Moreno ha flipado, pero se lo ha tomado con humor y se ha vengado metiéndole un pedazo enorme de tarta en la boca “no me va a entrar”, pero al final no era tan grade como parecía.
Ambos han tenido claro que se habían gustado, que el tamaño no había importado y que querían seguirse conociendo en una segunda cita fuera de ‘First Dates’.