Ricardo ha sentido que podía haber encontrado a su propia Jane Fonda en ‘First Dates’ y ha vivido una cita estupenda con Carmen, pero parece que ella no ha sentido nada de nada por él, le ha sentado mal que le preguntara por su estado de salud y no le ha querido dar ni el teléfono.
A Ricardo le gustan las películas de los años 50 “las películas de ahora no las entiendo, que lleven cuatro muertos en el minutos diez, no lo entiendo”. Se casó con su mujer con 19 años y ha estado con ella hasta los 70 años que ella falleció. Nunca ha entrado directamente a una mujer y si tuviera que elegir, le gustaría una que se pareciera a Jane Fonda.
Carmen, su cita, tiene cierto aire a la actriz y ha entrado en ‘First Dates’ como un auténtico huracán. Con tan solo 20 años dejó todo y se marchó a Barcelona donde sin ayuda de nadie ha conseguido tener tres residencias. Al ver a Matías se le ha iluminado la cara y estaba encantada de conocer a Carlos Sobera en persona. A Ricardo, no le ha hecho demasiado caso, estaba muy emocionada con lo demás, pero parece que su físico no le ha desagradado.
A Ricardo le ha creado mucha curiosidad escuchar a Carmen decirle que estaba “libre” y no desvelarle si era soltera, separada o viuda. Al comenzar a cenar, no ha dudado en preguntarle, pero ella simplemente le ha dicho que era libre porque siempre ha querido serlo. Carmen solo se enamoró del padre de su hijo y no ha querido dar mayores explicaciones de su vida.
Ricardo le ha contado que siempre ha practicado tenis, pero que cuando le pusieron las prótesis en las caderas tuvo que cambiar las pistas por la natación. Algo que a ella le ha dado la sensación de que busca a una mujer para que le cuide. Le ha preguntado por el baile y el comensal le ha dicho que no suele ir y que la última vez que fue tuvo la mala suerte de pedir bailar a una señora que tenía al marido a pocos metros. Eso sí, a él que no le quiten los boleros “eso es bailar”.
Ricardo estaba encantado con Carmen y ha querido saber cómo estaba de salud, algo que a ella le ha molestado porque cree que se la ve que está estupenda. Él le ha confesado que tenía 85 años y ella le ha dicho que tenía 82 “eres una jovencita para mí”. Ricardo tenía claro que quería conocer mejor a Carmen aunque al principio fueran poco a poco y cada uno en su casa, pero ella le ha dicho que no.
Carmen la ha explicado que se lo había pasado bien y que era un hombre muy agradable, pero no estaba dispuesta a darle ni el número de teléfono. Algo que a Ricardo le ha dejado las cosas más que claras.