Aunque a Elena no le ha hecho gracia que Rafa fuera divorciado, de Sevilla y tuviera tres hijos, sí le ha gustado que fuera un caballero de los que ya no quedan y ha decidido disfrutar de su cena de ensueño. Él estaba feliz de haberla conocido y ha querido saberlo todo sobre la pucelana en una cita que no ha podido ser más divertida.
Tras hablar de trabajo, aficiones, gustos y deseos… Elena le ha contado a Rafa que ella no tenía ni gatos ni perros, tenía cobayas de mascota. Y con su peculiar tono de voz y su pizpireta forma de hablar, le ha contado que tenía dos cobayas, una de pelo largo y otra de pelo corto. Es más, le ha explicado que en verano, sentía que la cobaya de pelo largo iba a tener mucho calor y que un día decidió córtale las puntas “ella me miraba, yo la miraba”.
Elena le ha relatado una divertidísima historia de terror entre ella y su cobaya en el cuarto de baño ante la que Rafa casi llora de la risa. Incluso, el soltero estaba un poco abochornado por el escándalo que estaban montando en el restaurante del crucero, pero es que no podía dejar de reírse. Jesús Vázquez les ha confirmado que las risas se escuchaban desde la barra, pero que eso era señal de que se lo estaban pasando muy bien.