Luis de la Fuente terminó muy enfadado tras el encuentro contra Italia y con razón. Los italianos no se hartaron de repartir manotazos, patadas a destiempo y empujones que apenas se sancionaron. Solo al final del partido y ante la reiteración el árbitro expulsó a dos de los italianos, pero además se llevó por delante a un inocente Mingueza que no había hecho nada, pero que el jugador de Italia se encargó de engañar simulando una agresión.
El seleccionador dijo que fue un equipo que "no quería jugar" y "ha utilizado muchas armas extradeportivas". "Si se le permite hacer a un equipo lo que le de la gana en el terreno de juego...". Al árbitro a medida que fueron pasando los minutos se le fue yendo el partido de las manos y todo se desbordó con la tanga del final en donde Mingueza se llevó la peor parte por los continuos manotazos y con la roja directa.
"Cansa jugar contra Italia, pero para eso están los árbitros, para controlar que estas situaciones no se produzcan reiteradamente", dijo el seleccionador al ser preguntado por las continuas faltas del equipo italiano. "Efectivamente, uno se cansa y se indigna porque nosotros jugamos con armas futbolísticas y otros superando incluso los límites del reglamento", añadió.
"El partido podía haber sido la final de un Campeonato de Europa. Pero te casa y te molesta porque -al final- los jugadores son personas, tienen su corazón y su orgullo y -con estas acciones- se les saca de sus casillas. Para eso está el juez del juego, que es quien debe impedir estas circunstancias", añadió.
En este sentido, preguntado por la expulsión del culé Óscar Mingueza, el técnico riojano dijo que -"tal y como se ven en las imágenes, Óscar no ha hecho nada-. No toca para nada al jugador italiano, es provocado por ellos y nada más. El árbitro ha pensado que había agresión y le ha expulsado. Mingueza solo se levanta y nada más", indicó.