Con más de 150 kilómetros de litoral, la Costa del Sol es una de las más conocidas de nuestro país. En plena crisis del coronavirus, un comité de expertos estudia la fórmula para que los ciudadanos podamos disfrutar de la playa y evitemos la propagación del virus.
Hay una norma básica para no propagar el COVID-19 en las playas: controlar el aforo. Pero, ¿cómo se ponen puertas a la playa? Un equipo de ‘En el punto de mira’ ha charlado con los expertos que están estudiando estas medidas.
El cálculo de los metros cuadrados se hace desde el aire, con drones y un software que va parcelando la playa en cubículos de 2x2. La reportera del programa ha experimentado de primera mano cómo podría ser un día en la playa este verano junto a un equipo de expertos que han realizado una muestra de cómo se va a dividir el terreno de la costa durante este verano. En la siguiente imagen se ve claramente como el dispositivo aéreo analiza que las personas estén bien ubicadas en la arena:
En uno de los restaurantes a pie de playa, en la Costa del Sol, nos muestran cómo va a ser su nueva realidad. Donde antes cabían cuatro mesas, ahora solo pueden incluir dos. Donde antes podían sentarse a comer seis personas, ahora solamente podrán estar tres. ¿Qué pasa si una familia hace una reserva para comer? Pues, según el hostelero, perderían muchos beneficios económicos porque buena parte de la terraza debería ir destinada a los cuatro comensales.
"Yo siempre tengo que acercarme al cliente, porque cómo le quito el plato cuando termine de comer", explica preocupado el camarero. Una de las medidas puede ser, que utilicen vasos de plástico o se añadan toallitas higiénicas. En cuanto al uso de la mascarilla en el trabajo, el responsable reconoce que lo va a pasar "fatal" porque en Málaga hace mucho calor, humedad y es muy difícil trabajar así.