Pedro Sánchez ha viajado a Rabat para restablecer las relaciones con Marruecos. El Presidente del Gobierno ha sido invitado al ‘iftar’, la comida que rompe el ayuno del ramadán, lo cual es un gran honor en el mundo musulmán. Este gesto puede llevar a una nueva relación entre España y Marruecos, pero la clase política española está descontenta por el reconocimiento del plan de autonomía marroquí para el Sáhara. También está muy enfadada Argelia, que lo ha tachado de traición y ya amenaza con subir el precio del gas.
La causa que ha llevado a Sánchez a tender puentes con Marruecos es que no se repitan las imágenes de la llegada masiva de inmigrantes a las fronteras españolas. Quiere más cooperación con Rabat tanto en la frontera como en la lucha contra la delincuencia y el terrorismo.
Pedro Sánchez fue invitado al ‘iftar’, lo cual es un gran honor del que solo han disfrutado Juan Carlos I y Felipe VI. El menú del que pudo disfrutar el Presidente del Gobierno fue sopa harira (con carne y legumbres), dátiles, huevos duros, chebakia (dulces de hojaldre) y de maridaje, mucho té.
Pero Marruecos tuvo un feo descuido durante la comida: la bandera española que presidía el evento estaba al revés, con el escudo constitucional boca abajo. El periodista Ángel Expósito ha contado qué significa este gesto: “No es un error, se ha hecho conscientemente. ¿Eso tiene importancia en lo pactado? Seguramente no. Tiene importancia como gesto, como simbolismo y con diplomáticos y militares. Ha sentado como una patada porque eso no se hace”.
No es la primer vez que vemos una “pullita” de este tipo en la visita de un Presidente del Gobierno a Marruecos. Cuando José Luis Rodríguez Zapatero visitó el país cuando salió elegido, su encuentro con el rey marroquí estuvo presidido por un mapa de lo que ellos llaman el gran Magreb, que abarcaba Marruecos, el Sáhara… Ceuta, Melilla y las islas Canarias.