Amaia tiene tres hijas y está en la ruina tras perder su trabajo y después de que su inquilina no le pague el alquiler. La situación de esta propietaria es tan desesperada, que se ha visto obligada a pedir limosna delante del Ayuntamiento de Portugalete, Vizcaya.
A modo reivindicativo, esta afectada, con un cartel colgado del cuello explicando la dura situación que tiene, pasa sus días a las puertas del Ayuntamiento reclamando una solución. No tiene trabajo, no tiene dinero, no puede pasar tiempo con sus niñas por lo que ha tomado esta decisión y ha decidido salir a la calle para luchar por lo que es suyo: "Quiero recuperar lo que es mío, quiero mi casa que para eso pago una hipoteca".
La abogada tomaba la palabra tras el testimonio de Amaia y planteaba la de años y la de personas que se encuentran en esta situación, además, aseguraba, que es un tema legitimado por nuestros gobernantes, que "alientan con su inactividad a que esto pase una y otra vez".
Después de comentar esta problemática social, Bárbara Royo, visiblemente molesta, señalaba: "No lo recomiendo, pero si a mí me ocuparan la casa, yo cometería un delito de coacciones y que me condenase su señoría a pagar la multa. Cambiaba la cerradura, les cortaba la luz y el agua y a la p*** calle".
Para finalizar, Amaia, la principal afectada por esta okupación, relataba una anécdota con su hija de 5 años en el que la niña le decía por qué no echaba a la inquiokupa de su casa y su madre le contestaba, que no lo podía hacerlo porque acababa en la cárcel, y su hija termina respondiéndole: "¿Y por qué no se la llevan a ella a la cárcel por no pagar?".