Dos investigadores chinos han publicado en la prestigiosa revista Nature Geoscience un estudio en el que apuntaban a cambios en el núcleo de la Tierra. Muchos medios de comunicación recogieron ayer esta noticia y hablaban de que la velocidad de rotación del núcleo se habría frenado en los últimos años y que, además, podría girar en sentido contrario. Todo ello acarrearía unas consecuencias globales que se traducirían en días más cortos o cambios en el clima, entre otros.
‘En boca de todos’ ha hablado con Nahúm Méndez, geólogo y divulgador científico, que ha explicado qué han descubierto realmente los científicos y cuáles son las consecuencias de los cambios en el núcleo.
“No vamos a morir todos”, le ha dicho Nahúm Méndez a Diego Losada durante su conversación. Según el geólogo, muchos titulares han hecho “una mala interpretación” de la publicación original. “El núcleo no se va a parar y va a empezar a girar en sentido contrario”, ha empezado aclarando el geólogo.
Ha explicado que el artículo habla de que “hay momentos en que el núcleo de la Tierra gira un poco más rápidamente y otros un poco menos rápidamente. Todo nuestro planeta gira más o menos al compás, pero esa capa, la más interna, a veces hay momentos en que se acelera o decelera, pero siempre girando en el mismo sentido”.
Los cambios en la rotación del núcleo sí que tienen consecuencias en el planeta, pero no serán “catastróficas”. Una de las más comentadas a raíz del estudio fue el acortamiento de los días, a lo que el geólogo ha respondido: “Ningún día dura lo mismo que el anterior, los días normalmente tienen unas diferencias de milisegundos y es algo que ocurre de manera natural continuamente. De hecho, cada varios años tenemos que añadir una cosa que se llama segundo bisiesto porque los días no duran lo mismo y tenemos que hacer esa corrección”.
También puede haber otras consecuencias, como “cambios en la circulación atmosférica que afecten al clima y cambios en el campo magnético global”. A pesar de ello, el experto ha dejado claro que no son “catastróficos”, sino que están “incluidos dentro de la variabilidad natural de nuestro planeta y por tanto esta noticia no tiene por qué asustarnos”.