Bianca era una de las candidatas a trabajar como azafata en Kuwait Airways. Tenía una entrevista de trabajo en Madrid, cerca del aeropuerto de Barajas, pero allí ella y sus compañeras vivieron algo inédito: les pidieron que se quedaran en ropa interior.
En la oferta de trabajo pedían aspectos normales en este campo, como un mínimo de altura, una buena forma física por su hay emergencias, limpieza o ser capaz de nadar X metros en X minutos. Pero cuando Bianca llegó, ya empezó a ver comportamientos poco usuales: “Hablaban muy mal de España y de otras compañías. Decían que no buscaban un nivel de inglés extremo porque en España no se iba a conseguir”.
En una de las fases, las candidatas debían entrar individualmente en una sala y allí fue cuando las pedían que se quedaran en ropa interior. “Una mujer, que era una de las entrevistadoras, te pide que me quites la ropa. Lo hizo de forma educada, pero te pide que te desnudes con la excusa de examinarte las marcas y los tatuajes (…) Yo llevaba un vestido, me lo levanté un poco por encima de la rodilla y ella me lo levantó hasta las bragas”, ha contado Bianca.
A Bianca también la llamó la atención que la miraran la boca y los dientes y que a algunas de sus compañeras incluso las dijeran que tenían que perder peso.