Tras ser detenido por trabajar para un grupo criminal en el interior de un narcopiso. Miguel Ricart Llevaba en libertad desde noviembre de 2013 y parece que su reinserción no ha sido de la mejor manera. Ahora, su aspecto es irreconocible.
Sor Lucía ayudó a Miguel Ricart, condenado del caso Alcásser, a salir de la calle y a ingresar en un centro en Francia. Cuando salió de la cárcel gracias a la doctrina Parot, la gente le perseguía y llamaron a Sor Lucía para que lo ayudara a salir del país.
Ahora, Sor Lucía sabe que hace un año y medio se “enloqueció”. “Tendría que ir a un centro psiquiátrico o estar en la prisión porque no está en condiciones de estar en la calle”, ha desvelado.
“Se presentaba como un monstruo y la gente estaba atemorizada”, cuenta la monja dominicana. Además, asegura que ella ayudó a Ricart, pero también a la población española para que se pudiera sentir segura en sus calles. “José Luis Trapero, el jefe de los Mossos d’Esquadra fue quien me pidió ayuda”, ha desvelado.
“Nos costó encontrar un centro”, asegura Sor Lucía. Finalmente, lo encontraron en Francia, donde intentaron que se “rehiciera”. “Yo traté de hacer una labor humanitaria con él y con la sociedad española”, confiesa.
“Me impactó porque cuando pasaron los hechos yo vivía en Valencia, fue un tema muy morboso y mediático”, confiesa. Además, ha descrito el rostro de Miguel Ricart: “Yo vi a una persona que estaba derrotada, que no hacía más que repetir su inocencia”.
Sor Lucía asegura que Miguel Ricart, durante los primeros 8 años, estuvo trabajando en voluntariados, en comedores sociales, tanto en Francia, como en los distintos sitios en los que estuvo en España y el comportamiento de él era bueno. “Intentó tratar de cambiar su nombre porque no podía ni tener tarjeta sanitaria”, ha desvelado.