En la primera versión de los hechos, Jesús reconoció que descuartizó a Juana Canal pero no se hacía responsable de su muerte, "tuve una discusión con Juana, ella llamó a la policía. Al rato se presentó en casa una patrulla, les dije que yo me iba de casa. Los agentes se fueron y nos quedamos en el domicilio los dos solos. Juani siguió con la discusión y en una de las veces que bajé al coche para dejar mis pertenencias y regresé, la encontré muerta en el suelo del baño. Me assuté y como no sabía qué hacer la descuarticé en la bañera para poder transportarla".
Después la llevó a su finca familiar y la enterró, se deshizo de las maletas en un contenedor de Madrid. Tras la presión de los investigadores, Jesús se derrumbó y cambió su versión.
En esta segunda versión, el único y principal sospechoso habría golpeado a su expareja en el transcurso de una discusión y que habría empezado cuando él se negó a prestarle 20 euros.
"La noche del 22 al 23 de febrero comencé a discutir con Juana porque me pidió recargar el móvil con 20 euros y me negué. Estaba cansado de que me pidiera dinero para gastárselo en alcohol", ha explicado a los agentes, "ella se enfadó y me insultó. Luego me empezó a pegar y me quemó con un cigarrillo la mano".