En octubre de 2014, los focos de la actualidad estaban en las calles de Barcelona, Madrid,… Miles de taxistas se rebelaban contra la primera brecha en el monopolio de su sector: la llegada de Uber, a los que se condecían más licencias de las pactadas. Ahora hemos sabido a través de unos documentos filtrados al periódico ‘The Guardian’ que los taxistas que participaron en esas protestas habrían sido espiados por el propio Uber.
En esos documentos también se afirmaría que la compañía de VTC habría intentado sortear leyes y presionar a políticos de primer nivel para extender su negocio entre 2013 y 2017, mientras desembarcaban en 31 países. En Madrid, habrían contratado a una empresa de espionaje para descubrir las debilidades de una asociación de taxistas, y lo mismo habrían intentado hacer con jueces. Además, la empresa habría intentado reunirse con ministros del Partido Popular y con el entonces Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aunque niegan que lo lograsen.
Tito Álvarez es portavoz de Élite Taxi, de Barcelona, y asegura los de su gremio llevan denunciando ese tipo de prácticas desde 2014: “A mí los directivos de Uber me reconocieron en una reunión privada que me habían tenido monitorizado muchos años. Yo he sufrido muchas querellas, he acabado muchas veces en el calabozo porque me tiraban a los conductores para que me señalaran como que yo había hecho cosas. Querían sacarme de en medio y ahora sabemos de dónde venían esas mentiras y prácticas mafiosas, dignas de una organización criminal”, ha dicho en directo.
“Para nosotros es una organización criminal y ahí están las pruebas. Lo que hacen son prácticas anticompetencia, crear monopolios…”, ha acusado Álvarez.
Sobre las supuestas prácticas irregulares de taxistas contra los conductores de Uber, Tito Álvarez argumenta que “hay cero condenas por todos esos actos de los que nos acusaban, incluidos los coches quemados en Sevilla. No sé si eran personas puestas por ellos, lo que sé es que no hay ningún taxista condenado”.
El taxista y el periodista Nacho Abad han tenido una pequeña discusión por los llamados “vídeos provocados”. Según Álvarez, Uber presentó unos vídeos en los que “los taxistas de Barcelona estamos coaccionando a otros taxistas que trabajan con Uber para que no trabajen. Estos vídeos los han podido hacer también los taxistas de Uber, como hicieron en 2014”, ha defendido.