Rubén García ha llevado a cabo su plan. El jugador del Osasuna tenía planeado aprovechar el parón de selecciones para irse a la frontera de Polonia y llevar ayuda humanitaria. A la vuelta se traería refugiados como así han hecho.
La columna se compone de cinco vehículos cargados de alimentos, medicamentos o ropa. Dos conductores por cada coche. El futbolista viaja junto a su novia y su primo: “El primer tramo conduje como 1.000 kilómetros y después cambiamos. Me gusta conducir y lo estoy llevando bastante bien”.
El plan es descargar en la capital polaca todo el material recogido durante estos días y tener una primera toma de contacto con los ucranianos para partir dos horas después: “Buscaremos romper el hielo rápidamente porque es lo más incómodo tanto para ellos como para nosotros. Queremos tranquilizarles y que se sientan más seguros”.
La idea de esta acción surgió después de que el futbolista se inspirase tras una visita de uno de sus vecinos, quien había hecho el mismo viaje días antes: “Me comentó lo que había hecho, vi su sensación de gratitud y me vi con la necesidad de ayudar a esta gente de alguna forma. Pensé en hacer algo a nivel particular y gestionarlo desde Pamplona, pero lo comenté con mi entorno y nos lanzamos con la iniciativa”.
“Conlleva una responsabilidad. No se trata de hacer un viaje a Polonia con cuatro amigos, traer gente y listo. Tienes que saber gestionar bien qué personas vienen a Pamplona, con qué familias van a estar y si van a tener casa”, cuenta el jugador a pocos kilómetros de la frontera polaca tras retomar el viaje a las 6 de la madrugada de este viernes.
Agradece la gestión que han realizado diferentes ONG para coordinar todo y el apoyo de familias de acogida: “Son iniciativas que son de alabar”.
“En un primer momento se lo comenté al Departamento de Comunicación de club para que hablarán con la directiva. Osasuna es una entidad muy grande en Navarra y la idea era que esta gente encontrara una alternativa en el club: poder entrenar a las tardes o buscarles otro tipo de deportes como danza, baloncesto o clases de castellano”, ha anotado sobre la relevancia de su equipo en este tipo de asuntos.
El ‘14’ rojillo rememora cómo fueron las sencillas negociaciones con el club para recibir el permiso de viajar: “En todo momento me pusieron facilidades. Al principio tuvieron sus dudas porque yo venía con unas molestias físicas y dudaron sobre la exigencia física de tantas horas de conducción, pero hablé con Arrasate para ajustar los entrenamientos y no me puso ningún tipo de problema”.
“Él prioriza mucho más la parte emocional y entendió que iba a volver con las pilas mucho más cargadas”, añade sobre el encuentro que mantuvo con el entrenador de Berriatua. “Hay que ser conscientes de que hay mucha gente inocente que está sufriendo a la que hay que ayudar”, reflexiona sobre una acción que le servirá “de ahora en adelante para ayudar en otro tipo de causas”.
García piensa que “por desgracia” la historia mundial se encuentra en un siglo en el que “siguen pasando muchas injusticias “siguen pasando muchas injusticiasde todo tipo, no solo a nivel de guerras, sino en general”.
“A nivel de sociedad, esta guerra está siendo más mediática y nos ha llegado un poco más por todas las imágenes y vídeos que nos llegan mucho más fácil y rápidamente”, manifiesta el futbolista.
“Notamos esos sentimientos a flor de piel. Es importante dejarnos llevar por los sentimientos que tengamos, pero tendremos que mantener esa frialdad para no mostrar esa debilidad que ellos no necesitan ahora mismo. Requieren de fuerza, sonrisas y de transmitirles tranquilidad a la vuelta”, indica el deportista sobre cómo deberán recibir a los afortunados.