Para muchos, es el mejor tenista de la historia. El suizo Roger Federer es leyenda del deporte de la raqueta gracias a sus 20 Grand Slam, récord absoluto en el tenis masculino. Ha ganado ocho títulos de Wimbledon, seis Abierto de Australia y cinco del Abierto de Estados Unidos, además de un Roland Garros.
Sin olvidar que ha ganado también seis ATP World Tour Finals, 28 Masters 1000, 24 títulos ATP World Tour 500 y 25 ATP World Tour 250; un palmarés increíble. No hay nadie como él. También ha mantenido el puesto número 1 en el ranking de la ATP por un tiempo récord de 310 semanas, 237 de ellas de forma consecutiva.
Federer nació en la localidad suiza de Basilea, pero tiene orígenes internacionales, ya que su padre es suizo-alemán y su madre, sudafricana. Junto a su hermana y el resto de su familia, se crió en la ciudad de Munchestein, una pequeña localidad cercana a las fronteras de Francia y Alemania, por eso son dos idiomas que domina.
Cuando era niño era inquieto y practicaba varios deportes. De hecho, llegó a jugar en las categorías inferiores del FC Basilea hasta los doce años. Durante un tiempo, practicaba fútbol y tenis de forma simultánea. Pero apostó por el tenis, con el que desde siempre sintió una química especial al coger una raqueta.
Federer comenzó a amar el tenis con tan solo cuatro años, cuando vio a Boris Becker ganar Wimbledon en 1985; fue su ídolo de la infancia. Eso hizo que comenzara a interesarse por el deporte de la pelota amarilla, hasta que se inscribió en la escuela a los seis años. Al poco tiempo, ya era el mejor jugador de su categoría, entrenando tres veces por semana.
Ya era un talento con tan temprana edad y, a los diez años, comenzó a entrenar en privado, junto a otros tenistas, con Adolf Kacovsky, en el Club de Tenis Old Boys. Pero, al ver si descomunal talento, Kacovsky comienza a darle clases particulares en solitario, financiadas en parte por el club de tenis. A los 14 años se convirtió en campeón nacional de Suiza en su categoría y pasa a entrenarse en el Centro Nacional Suizo de Tenis en Écublens. Eso hizo que dejara la escuela a los 16 años para pasar a dedicarse de forma exclusiva al tenis.
En 1998, con 16 años, Federer comienza a dar pasos agigantados hacia su leyenda obteniendo sus primeros grandes logros. En la edición júnior de Wimbledon 1998, vence tanto la final individual masculina tras vencer por un doble 6-4 a Irakli Labadze; como en dobles, formando equipo con Olivier Rochus, venciendo al equipo formado por Michaël Llodra y Andy Ram por otro doble 6-4.
Ese mismo año, perdió la final del Abierto de Estados Unidos Junior al caer ante David Nalbandián. En el camino ganó cuatro torneos individuales de la ITF, entre los que destaca el prestigioso Orange Bowl. Federer acabó el año como número 1 del ránking mundial junior, lo que lanzó su carrera como profesional.
Su debut como profesional fue en su Suiza natal ante el argentino Lucas Arnold, con quién cayó con un doble 4-6. Su mejor puesto ese año fue el de cuartos de final en Toulouse; una temporada en la que llegó a enfrentarse ante el mítico Andre Agassi en la primera ronda de Basilea, con quien tendría una bonita rivalidad. Roger cayó claramente en aquel partido. El mayor progreso llegaría en su segunda temporada como profesional, cuando logró entrar en el Top 100 del ránking de la ATP en septiembre de 1999.
Tras caer derrotado en un par de finales ATP, Federer consigue su primer título como profesional en 2001, venciendo a Julien Boutter en la final de Milán. El primero de muchos, y la primera llamada a la puerta del Olimpo tenístico.
Esa misma temporada llega el momento en el que todo el mundo empieza a hablar de Roger Federer. En la ronda de Octavos de Final de Wimbledon se enfrentó a Pete Sampras, quien ya tenía siete títulos de Wimbledon en su vitrina. Federer, con apenas 19 años, le doblegó en un partido que ha pasado a los anales de la historia, por 7-6, 5-7, 6-4, 6-7 y 7-5.
Fue el encuentro que marcó el relevo generacional, y el comienzo de una leyenda única en el deporte de la raqueta. Con el tiempo, Federer ha llegado a vencer en ocho ocasiones el trofeo británico de hierba, ganando el primero de ellos en 2003.
Un año después, en 2004, ganó tres de los cuatro Grand Slam –excepto Roland Garros- y llegó por primera vez al número 1 del ránking de la ATP, que prácticamente no soltó. El resto, es prácticamente historia. Un título tras otro. Un jugador por el que muchos se han aficionado al deporte gracias a su talento inhumano dentro de las pistas. Probablemente, el mejor de la historia del tenis.