Pau Gasol, el nombre ya parece todo lo grande que es... Suena a triunfo, persistencia, superación, trabajo, esfuerzo... Casi como el de alguno de sus mejores amigos como Rafa Nadal o Juan Carlos Navarro, referentes patrios y mundiales en sus respectivos deportes. Y es que, a estas alturas, Sant Boi está en el mapa por una familia que crió a sus hijos con unos valores de integridad y trabajo.
Pau Gasol es al baloncesto español lo que Ferran Adrià a la alta cocina. De su mano se cocinaron las mayores gestas, o gracias a su presencia se consiguieron los mejores resultados. Si con Juan Carlos Navarro podríamos hablar de talento puro, con Pau Gasol tenemos que hablar de una combinación de factores. Su garra y confianza resultaron decisivas para llevarse el Mundobasket de Japón, el Eurobasket de Francia, el de Lituania, el de Polonia, las medallas de los Juegos Olímpicos... Sería una lista demasiado larga que haría olvidar lo grande que es su figura, incluso más allá de las pistas en labores solidarias.
Su capacidad se aprecia en una evolución que, sí, también nació en los "junior de Oro", un equipo donde no era titular, ni acaparaba tantos minutos. Esa capacidad se trabaja cada día en la pista de entrenamiento y en el gimnasio, no llega gratis. Cierto que él tenía mimbres, pero por nuestro país hemos visto pasar demasiadas promesas que o no tuvieron suerte, o capacidad, o interés suficiente como sí tuvo Pau para hacer algo grande.
Su presencia en el 'draft' de la NBA tras una explosión descomunal en ACB puso el foco sobre él desde el principio. Tuvo que hacerse valer en una liga con unas tradiciones tan cuestionables como nobles, que hacen que los novatos sean tratados como tal hasta que aparece el carácter de cada uno. Un sitio donde Pau se sintió cómodo porque su disciplina familiar invitaba a ello.
Y es que, casi siempre (salvo contadas excepciones), eres como juegas, eres como entrenas y eres como te comportas. Seguramente Pau está cansado -o no- de escuchar que el punto de inflexión en su carrera fue el mate ante la cara de Kevin Garnett, un veterano de muy mal genio y peores modales, que se tuvo que comer un póster con un desgarbado español.
Aquel grito del narrador estadounidense, "¿qué pasa 'big ticket' (en referencia a Garnett), qué pasa? Spanish imposition, 1-2-3... Olé, olé!", aún retumba como el órgano mayor de la catedral de Toledo; y, cómo no, la narración del dúo Montes y Daimiel con la premonición de éste: "... algo tiene Garnett contra Gasol" y el grito histórico de Montes: "Brrrrrrrrrrrr, espectacular Daimiel, jugón… ¡sensacional!"
Y su carrera NBA subió al igual que su capacidad de trabajo bien estructurado, al mismo nivel. Sus jefes de Memphis, como siempre pasa en la relación entre franquicias y estrellas, le pedían un poco de mesura en su presencia con España, pero su compromiso era constante porque además de un equipo, tenía una familia.
Siempre mantuvo ese compromiso y fue prioridad (salvo lesión). Y a nadie escapa que su presencia va asociada a todos los éxitos de la selección nacional, incluso cuando se ha perdido alguno por lesión, ha estado acompañando al equipo in situ. Y no ha sido el único, pero quizás para la NBA fue la imagen visible de que se podía compatibilizar su equipo profesional con el de competiciones FIBA.
Años que quedarán para su memoria, muy dilatada, serán los del tramo entre 2006 y 2010. Ya no por sus triunfos en FIBA, si no por su sonado traspaso a Lakers, mirado con lupa por los reglamentos internos de la NBA. En 2007, con su amigo Navarro en Memphis, decidió emprender la marcha al equipo de Los Ángeles a cambio del que había sido número 1 de su mismo Draft, Kwame Brown, otros jugadores y los derechos de su propio hermano Marc, que estaban en mano de los angelinos. Su llegada fue un alivio para Kobe Bryant, cansado de luchar solo, y al año siguiente provocó la consecución del primer anillo para un jugador español. Fue en 2009 y Pau Gasol, quizás en su mejor etapa como jugador, ganó el título de NBA dos años consecutivos con un 'repeat' que también pasará a la historia. Otro hito más, como aquella noche del All-Star de 2015 en el Madison Square Garden de Nueva York, en la que hizo el salto inicial contra Marc: la única vez en la historia en que dos hermanos jugaban como titulares en un partido de las estrellas.
Tampoco a los de la NBA, expertos en marketing, se les escaparon las batallas épicas de su USA Team contra la España de Pau al mando. Esas finales de los Juegos Olímpicos en Pekín y Londres han sido rentabilizadas al máximo, comercialmente hablando. La cara de Pau de poderío, de ganas, de esfuerzo límite ante Kobe, Lebron, Wade, Durant o Curry, y las muestras de respeto de éstos ante Pau al final de los partidos, habla mucho del carisma del de Sant Boi.
Las finales en los Juegos pasarán a la historia, pero en la memoria colectiva quedarán dos semifinales, ni siquiera las finales. La de Japón 2006 contra Argentina, con un Pau excelso, cayendo a menos de 2 minutos del final con un partido igualado y que pudo truncar el primer campeonato del Mundo para España. España ganó por 1 punto, quizás el que metió Pau, de tiro libre con un dedo del pie roto, antes de abandonar el partido entre lágrimas de impotencia.
Se ganó ese Mundobasket gracias a un equipo que se contagió de su vitalidad para llevarse una final con un aplastante marcador ante Grecia. Pero lo más reciente, quizás el vídeo más reproducido en YouTube de la selección, es su actuación contra Francia en el Eurobasket 2015. En París, al estilo Rafa Nadal, aplastando al equipo francés que más cerca estuvo nunca de competir por el oro. Pero es que Pau cogió el timón, al estilo 'Master and commander'. Firme y sin miedo a lo que se iba a encontrar: 40 puntos, 11 rebotes y 52 de valoración.
La cara tras su mate (otro más) en plena remontada, recordó a los jugadores franceses que lo del Mundobasket de España 2014 había sido un accidente. Pau Gasol nos llevó a un triunfo más, que no sería el último, pero sí quedará en el podium de una época histórica del nuestro deporte.
Aunque, quizás, el triunfo más importante para Pau Gasol es la labor que hace cada día en el seno de su Fundación Gasol, creada en 2013 con su hermano Marc; o el que lleva haciendo cada año desde 2003 con su colaboración en UNICEF. Conociendo al personaje y viendo de quién se rodea en sus proyectos solidarios, podemos seguir pensando que uno se comporta en la vida como en la pista. Por eso Pau será siempre nuestro E.T., uno de los más grandes de España.