Los partidos de fútbol de alto nivel suelen ser motivo de alegría y de emoción. De apoyo a nuestros equipos o de ver a los mejores jugadores demostrar su talento con el balón. Pero, en ocasiones, un partido de fútbol ha terminado desembocando en una desgracia.
Lamentablemente, a lo largo de la historia se han vivido varios casos de fallecimientos en medio de un partido de fútbol. Jugadores que, simplemente estaban ejerciendo su profesión y que cayeron desplomados en la hierba. Casos como el de Antonio Puerta son recordados en nuestro país. Estos son algunos de los futbolistas que han muerto en mitad de un partido.
Uno de los casos más recordados en nuestro país. Antonio Puerta se convirtió en símbolo del sevillismo. En ese 16 eterno que se fue en el Sánchez Pizjuán, acabando con una trayectoria de lo más prometedora, que le había hecho incluso debutar con la selección. Su zurdazo permitió que el club hispalense se clasificara para su primera final europea.
Su muerte fue en un partido de la temporada 2007/08 de la Liga, que enfrentaba al Sevilla y al Getafe. Un paro cardiorrespiratorio hizo que se derrumbara en el césped. Dragutinovic, su compañero, intentó sacarle la lengua para que no se la tragara. El futbolista salió incluso por su propio pie del estadio, pero en los vestuarios tuvo cinco desmayos más. Se le mantuvo con vida en el hospital pero, tres días después, falleció.
Este futbolista camerunés falleció en el año 2003, durante las semifinales de la Copa Confederaciones ante la selección de Colombia.
Transcurría el minuto 78 cuando sufrió una hipertrofia en el ventrículo izquierdo del corazón y cayó sobre el terreno del juego. Allí fue asistido rápidamente, incluso por jugadores de la selección cafetera como Jairo Patiño. Intentaron reanimarle durante más de 50 minutos pero nada se pudo hacer. Diez días antes acababa de nacer su tercer hijo.
Morosini, centrocampista del Livorno, falleció en el minuto 30 del partido de su equipo ante el Pescara correspondiente a la Serie B.
Cayó sobre el césped y, aunque le hicieron un masaje cardíaco con un desfibrilador dentro del mismo estadio, no fue suficiente y murió una hora después de su llegada al hospital. El Livorno retiró la camiseta con su dorsal 25 en su honor.
El delantero húngaro del Benfica Miklos Fehér perdió la vida en un encuentro de su equipo, dirigido entonces por José Antonio Camacho, ante el Vitoria Guimaraes. Lo hizo de una forma verdaderamente trágica.
Su equipo iba ganando por un gol, en el que él fue el asistente. En un saque de banda del equipo rival, trató de impedir el lanzamiento, hecho por el que fue amonestado. Mientras recibía la tarjeta, sonreía de forma irónica. Pero, al regresar a su posición, cayó desplomado, con su cabeza impactando en el suelo. Se intentó reanimarlo, pero falleció en el hospital debido a una arritmia cardíaca.
La muerte de Bruno Boban, exjugador entre otros del Celta de Vigo, fue incluso más trágica debido a la casualidad que la precedió.
Jugaba en el NK Marsonia de la tercera división croata. En un partido ante el Slavonia Pozega recibió un balonazo en el pecho, lo que le hizo entrar en colapso. Falleció a los pocos minutos a pesar de los intentos en reanimarle.