Pasan los meses y la muerte de Diego Armando Maradona sigue muy presente. Todavía se sigue investigando las causas y la Fiscalía argentina sigue recaudando datos y pruebas para esclarecer la verdad. Mientras tanto, personas muy cercanas a él relatan recuerdos o vivencias que compartieron con él como ha hecho su hermano Hugo Maradona en una entrevista al medio Súper Deportivo Radio.
Una de las cosas que más ha sorprendido es sus experiencias paranormales que ha tenido con Maradona. “Cuando lo sueño siempre lo encuentro hablándome. Me pregunta cómo estoy. ‘¿Cómo estás gordo? ¿Cómo estás cabezón?’. Hay noches que me despierto y me encuentro con que Diego me está hablando y yo le digo como le decía siempre: ‘¡Dejame de romper las pelotas!’. Es fuerte, pero son cosas que pasan en la vida”, comentó.
Relata con cariño cómo se imagina ese encuentro de ‘El Pulusa’ con sus padres ya fallecidos. “Me imagino a Diego llegando al cielo y mi viejo esperándolo con un asado y mi vieja preparando la mesa. Él siempre nombraba a la “Tota”, “Tota”, mi papá no, porque siempre lo acompañó a todos lados”.
“Nunca habló, nunca dio una nota. Mi mamá lo miraba y Diego ya sabía que es lo que tenía que hacer”, contó. “Le hubiese dicho a “Don Diego” ¡Dale papá, apurá el asado”.
Cuenta lo duro que ha sido quedarse sin su hermano. “Para ustedes se fue el futbolista, a mí se me fue un hermano, pero es duro para los dos. Es mi sangre y hay que recordarlo como lo recuerdan los futboleros, como futbolista. No me sorprendió la despedida que tuvo Diego, el problema fue esta pandemia que tenemos por todo el mundo. Si hubiese ocurrido en otra época todavía al cuerpo de mi hermano estaría dando vuelta por toda Argentina y por todo el mundo”.
La carrera de Maradona está llena de luces y sombras y su familia lo vivió de cerca. “Vivir como vivió Diego era imposible, porque había mucha responsabilidad sobre él. No podía ir a comprar el diario, no podía llevar las chicas al colegio, no podía cenar”.
“El momento de la vida más tranquilo de Diego fue en La Paternal, después cuando se fue a Barcelona fue demasiado y en Napoli fue una locura. Cuando él iba a comer a un restaurante, tenían que cerrar los bares y las calles”.