En el fútbol casi siempre suele hablarse de los más poderosos. Aquellos que se llevan la gloria y los minutos en las noticias deportivas. Al fin y al cabo son los clubes que más generan. Pero el balompié no sería tampoco lo mismo sin los equipos modestos.
La diferencia en el límite salarial o los ingresos televisivos entre los equipos más grandes y más pequeños tiene una mayor incidencia en LaLiga. Clubes como el Mallorca o el Real Valladolid tienen un presupuesto 20 veces inferior al de Real Madrid o Barcelona. Esto dificulta mucho a la hora de competir a los equipos más modestos, que se ven obligados a realizar auténticas filigranas para mantener la categoría.
Un mínimo error puede dar al traste con la planificación de la temporada. Prácticamente no hay lugar para no acertar. Hacerlo mal puede determinar que el equipo en cuestión acabe en Segunda División, ingresando una cantidad económica mucho menor de la que se percibe en Primera División. Esto ha desembocado que clubes históricos de la Liga, hayan perdido la categoría e, incluso, hayan deambulado durante años por Segunda B.
Desde la temporada 2013 entró en vigor el límite salarial de los clubes, establecidos por cada equipo en base a su presupuesto. De esta forma se pretende evitar gastos desmedidos de los clubes más poderosos para que su viabilidad se mantenga; hecho que, de nuevo, favorece a los grandes, aunque también ayuda mucho a los más modestos, para que no realicen inversiones catastróficas.
En este límite hay que tener en cuenta que también se incluyen los sueldos de la plantilla, además de las primas y cualquier remuneración similar. Por lo tanto, el límite salarial se calcula en base a la diferencia entre los ingresos y gastos estructurales de cada club. Más sencillo: Limite Salarial = Ingresos – Gastos.
La cuestión es que, en LaLiga española, la cantidad de ingresos por derechos televisivos, donde más generan los clubes, ofrece una diferencia abismal entre clubes como Real Madrid y Barcelona o equipos recién ascendidos. Al contrario que, por ejemplo, en Inglaterra, donde, aunque hay diferencias, está todo bastante más repartido.
Esto provoca que en España, los partidos de clubes grandes contra modestos sean verdaderas batallas de David contra Goliath.
Barcelona y Real Madrid son los equipos con mayor límite salarial, con 656 y 641 millones respectivamente. Lejos está el Atlético de Madrid, con 348,5 millones.
Si vamos a la parte de debajo de la tabla, vemos que los presupuestos de equipos de la misma categoría, son infinitamente más ajustados.
Clubes recién ascendidos, como Osasuna y Granada, cuentan con 38,8 y 37,9 millones de límite salarial. Una cantidad muy lejos de la que ofrecen equipos con los que tienen que competir, como los mencionados grandes de España.
Pero hay todavía dos equipos con menor masa salarial. Uno es el Real Valladolid, que, desde la llegada de Ronaldo Nazario a la presidencia, ha liquidado la deuda que arrastraba el club desde hace varias temporadas y que lo ha dejado cerca de la desaparición. Con todo eso subsanado, su presupuesto es de 34,9 millones.
El equipo de la Liga Santander que menos límite salarial tiene es el Mallorca, con 33,5 millones, teniendo en cuenta que hace dos temporadas estaban en 2ªB.
Este escaso margen presupuestario obliga a los equipos pequeños a recurrir a cesiones y a tener enormes dificultades para crear proyectos deportivos de mayor envergadura. Una dura batalla, que demuestra el mérito que tienen estos modestos, que cuentan con ciudades enteras detrás apoyando, y compensando de alguna forma su menor poder económico.