Conseguir definir el cuerpo es el paso definitivo en el mundo del fitness para lucir un cuerpo espectacular. Pero también es el proceso más difícil, delicado y que más sacrificio requiere. Para poder lucir unos músculos estilizados, es imprescindible llevar una dieta alimentaria destinada a ello.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que este tipo de dietas no son demasiado recomendables, ya que son bajas en calorías y puede ralentizar el metabolismo. Suele ser el proceso que realizan los culturistas las semanas antes de una competición para que sus músculos se realcen y tengan más opciones de ganar.
Una persona que no se dedica a estas prácticas deportivas, no tiene por qué seguir este tipo de rutinas. Son especialmente habituales en las épocas de primavera o verano, con la intención de lucir lo mejor posible los cuerpos en playas o piscinas; pero pueden llegar a ser peligrosas si no se realizan correctamente.
Las dietas de definición deben ser siempre controladas y moderadas por un nutricionista o un entrenador personal que controle, en función de las características de cada persona, los alimentos a ingerir. Y las cantidades.
Las dietas de definición buscan el déficit calórico para que el cuerpo absorba la grasa del cuerpo cuando se quede sin las calorías que nos hacen funcionar. Se suele tratar de restar entre 400 y 500 calorías al día para proporcionar ese ‘secado’ en nuestro cuerpo que sirva para definir. Las mujeres tienen más grasa corporal que los hombres (entre un 13% y 15%) y les cuesta más adelgazar, y por tanto, llevar a cabo este proceso.
Un aspecto a tener en cuenta es que las dietas de definición no pueden basarse en no comer. Todo lo contrario; es necesario alimentarse entre cinco o seis veces al día. El cuerpo agradecerá comer cada dos o tres horas y hará que no pasemos hambre y se dificulte el proceso de la dieta hipocalórica.
En este aspecto, se deben incrementar los alimentos ricos en proteínas. La restricción calórica reduce las tasas de síntesis de proteínas musculares y aumenta su degradación. Los batidos de proteínas pueden ser un buen suplemento siempre y cuando no se abuse de ellos.
Todos los alimentos tienen la capacidad de hacernos ganar peso, pero en función de su densidad calórica, deberemos ingerir una mayor o menor cantidad. Por eso, hay que tratar de basar la alimentación en alimentos que menos calorías contengan en su ingesta.
Aunque puede ser variable según la fisionomía de cada persona, el mejor patrón a seguir en una dieta de definición es el de 35% de carbohidratos, 35% de proteínas y 30% de grasas.
Además de comer varias veces al día, no está de más tomar otros consejos, como eliminar la sal de las comidas para evitar retención de líquidos, beber mucha agua y, por supuesto, combinar la dieta con entrenamiento en el gimnasio. También, en algunos casos, es recomendable tomar suplementos quemagrasas.
Lo ideal es llevar una rutina de alimentación en la que se incluyan grasas no saturadas. Pescados como el atún o el salmón, aceite de coco o nueces serán nuestros aliados en este tipo de dieta tan específica. Así como el pavo cocido, verduras al vapor, claras de huevo o una pieza de fruta al día.