El ‘Cholo’ Simeone es historia del fútbol español; una leyenda del Atlético de Madrid, tanto por su historia como jugador, miembro de aquel equipo que pasó a la historia por conseguir el doblete, como por sus hazañas como entrenador.
Diego Pablo Simeone nació en Buenos Aires y, desde niño, ya se le inculcó de la pasión por el fútbol; el deporte que se convertiría en su vida. Criado en el barrio de San Nicolás, era hijo de Giovanni Simeone, quien también fue futbolista. De hecho, su padre asegura que la primera palabra que dijo Simeone fue “gol”; una muestra de la pasión por el fútbol que iba a tener.
Con esos precedentes, no tardó en comenzar en darle patadas a la bola. Lo hizo en las divisiones inferiores del Club Atlético Vélez Sarsfield, equipo al que le guarda un enorme cariño. Y ahí fue donde se le comenzó a apodar como ‘Cholo’.
El apodo de Cholo se lo puso Victorio Spinetto, quien fue su entrenador en aquellos años de formación. Lo hizo porque su estilo de juego le recordaba a Carmelo Simeone, un exjugador de Boca Juniors con el que, a pesar de compartir apellido, no les une ningún parentesco familiar.
Tras recorrerse las diversas categorías de Vélez, siendo incluso recogepelotas del equipo, comenzó a formar parte del equipo profesional en el año 1987. No tardaría en destacar debido a su disciplina táctica, buena agresividad y a su coraje sobre el césped. Debutó en un encuentro ante Gimnasia La Plata. Anotaría su primer gol un mes después de su estreno, ante Deportivo Español.
Jugó un total de 82 partidos con la camiseta de Vélez, en los que anotó quince goles. Después, cruzó el charco para dirigirse a Italia, jugando en el Pisa, donde formó parte del equipo durante dos temporadas antes de fichar por el Sevilla.
Simeone fichó por el club hispalense en 1992 como petición de otro técnico argentino: Carlos Bilardo. Una transacción que le costó al Sevilla un montante de 160 millones de pesetas. Allí coincidió fugazmente con otro argentino ilustre como Diego Armando Maradona.
El Cholo se consolidó en el equipo, lo que llamó la atención de otros clubes. Y de la selección argentina, donde fue internacional en 106 ocasiones. El Atlético de Madrid entró en escena y fichó a Simeone. Una acción que motivó una rivalidad entre colchoneros y sevillistas que todavía perdura.
El Atlético de Madrid sería el club de su vida, aunque por entonces no lo sabía. En su primera temporada, el club estuvo cerca de descender la categoría. Pero, en la temporada 95/96, con Radomir Antic en el banquillo, Simeone fue parte vital del equipo que consiguió el histórico doblete, junto a compañeros como Kiko, Pantic o Caminero.
Simeone dejó el Atleti en 1997 para volver a Italia. Concretamente al Inter de Milán, donde sería parte de un proyecto ambicioso, liderado por Ronaldo Nazario. Ahí ganó títulos internacionales como la UEFA.
En 1999 fichó por la Lazio, que entonces vivía una etapa dorada. Ganó la Serie A, la Copa de Italia, la Supercopa de Italia y la Supercopa de Europa.
Una carrera idílica que comenzó a cambiar en 2001, tras sufrir una grave lesión del menisco y el ligamento cruzado que estuvo cerca de dejarlo fuera del mundial de Corea y Japón de 2002. En 2003 regresó a la disciplina del Atlético Madrid, donde estuvo un par de temporadas más y, en 2005 volvió a Argentina para retirarse en Racing Club.
Si su carrera como futbolista fue espectacular, la que lleva Simeone como entrenador es antológica. Precisamente, la comenzó en Racing Club, en Argentina, nada más retirarse. Aunque consiguió que el club remontara una situación delicada en las últimas jornadas, no continuó en el equipo.
Pero Simeone quería seguir entrenando y firmó con Estudiantes de la Plata, donde fue llegar y besar el santo, venciendo el Torneo Apertura 2006 tras un desempate con Boca Juniors; el equipo llevaba 23 años sin ningún título. Ya se veía que el ‘Cholo’ era especial.
Desavenencias con la directiva le llevó a dejar el equipo y firmó por River Plate, donde se proclamó campeón del Torneo Clausura en el año 2008 tras vencer en la última jornada. Poco después las cosas empeoraron y dejó al equipo cuando marchaban en última posición.
En 2009 firmó por otro club argentino; San Lorenzo de Almagro, donde pasó sin pena ni gloria durante casi dos temporadas, hasta que en 2011 cambió de aires siguiendo los pasos que había tomado como jugador: viajando a Italia.
En el país transalpino entrenó al Catania con el objetivo de sacarlo de la zona baja de la clasificación. Simeone logró el objetivo pero, aunque tenía otro año de contrato, los rescindió para volver a Argentina y donde empezó: Racing Club. Allí estuvo hasta que en 2011 renunció al cargo tras un subcampeonato en el Apertura 2011 y, posteriormente, firmó por el Atlético de Madrid.
El ‘Cholo’ regresó al club que se había ganado su corazón, tras un mal arranque que provocó la destitución de Gregorio Manzano. Desde entonces e, imperando con su filosofía de partido a partido, ha conseguido trasladar un sistema único, que consigue que los jugadores ejecutan mediante coraje y entrega, no dando un balón por perdido. Pensando en el presente, en el “partido a partido”.
Su personalidad única y su conocimiento táctico, a pesar de que muchos discutan su juego defensivo, ha sido clave para que el equipo colchonero haya ganado, desde que el Cholo se sienta en el banquillo, un palmarés increíble: Una Liga, una Copa del Rey, una Supercopa de España, dos UEFA Europa League y dos Supercopas de Europa.
Simeone ha conseguido, por méritos propios, convertirse en el mejor entrenador de la historia del Atlético de Madrid. Está claro que, con el Cholo en el banquillo, nunca nadie deja de creer.