Nos ha dejado Radomir Antic, uno de los entrenadores más históricos de nuestro fútbol y el único con el privilegio de haber entrenado a Real Madrid, Barça y Atlético de Madrid.
En el recuerdo quedará por siempre su paso por el equipo colchonero, con el que, en su primera temporada, logró un histórico doblete ganando Liga y Copa, ganándose así el respeto y cariño de toda la afición rojiblanca.
El estilo del técnico serbio fue clave para que el Atleti ejerciera un dominio prácticamente incontestable durante esa temporada del doblete. Las claves del éxito fueron varias.
En la actualidad es habitual que los porteros jueguen con el pie. Es casi un requisito indispensable. Pero hace 25 años no lo era tanto. Ahí entraba en juego Molina, un guardameta que se manejaba tan bien con el esférico que incluso jugó un partido como jugador de campo con la selección.
El mérito no era solo de los cabeceadores. El mítico Milinko Pantic tenía un guante en su pierna, y era el indiscutible lanzador de córners, faltas y cualquier tipo de acción a balón parado. Su talento para este tipo de acciones, de otro mundo, le dio muchos puntos al Atleti para poder ganar aquella Liga.
Precisamente, el centrocampista serbio fue el autor del gol que, en el tiempo extra, le dio al Atlético de Madrid su novena Copa del Rey, en un partido disputado en La Romareda ante el Barcelona. Curiosamente, el tanto lo anotó rematando un centro de cabeza tras un centro de Geli.
Al trabajo táctico de Radomir Antic se le unía el talento que tenía el conjunto colchonero en su faceta ofensiva. Además de con el mencionado Pantic, el centro del campo estaba regido por el ‘Cholo’ Simeone y por Caminero, poniendo la técnica y la calidad.
Un bloque ideal para que llegaran balones a la parte ofensiva, donde Kiko ponía la magia y Lubo Penev los goles. El atacante búlgaro fue el máximo goleador liguero de los rojiblancos aquella temporada, con 16 tantos.
El Atleti acabó la temporada con 87 puntos, una cifra elevadísima para la época, aunque hay que tener en cuenta que fue la mítica campaña con 22 equipos. Los colchoneros quedaron por encima de Valencia, Barcelona y Espanyol.
Gran parte del éxito de aquel año se debió al espectacular arranque de temporada del equipo de Radomir Antic. 9 victorias y 3 empates en las 12 primeras jornadas. Su primera derrota llegó ante su eterno rival, el Real Madrid, quien venció aquel partido con un tempranero gol de Raúl.
Aquella campaña, los colchoneros tan solo perdieron siete partidos, casi todos concentrados en la recta final de la temporada ante la presión. Aun así, el Atleti fue líder del campeonato desde la Jornada 13 hasta el final.
Una derrota 2-3 ante el Valencia en la Jornada 38 puso el trofeo en peligro, pero el equipo se repuso ganando tres de los cuatro partidos restantes, poniendo el colofón en el Vicente Calderón, venciendo 2-0 al Albacete con tantos de Simeone y Kiko que le daban el ansiado título liguero y consumaban el doblete histórico y, de momento, irrepetible.
Radomir Antic tuvo mucha culpa de aquello tan mágico para la afición del Atlético de Madrid.