Cristiano Ronaldo cumple 37 años. El portugués no ha podido celebrarlo de la forma que a él le hubiera gustado. En las vísperas del festejo jugó un partido con el Manchester United en la cuarta ronda de la Copa de Inglaterra en donde nada le salió bien.
Ni de penalti -fallado en el minuto 20, lanzado fuera- ni de cabeza ni con el pie ni de chilena ni dentro ni fuera del área logró Cristiano Ronaldo el gol que tanto buscó durante dos horas para su equipo contra el Middlesbrough.
No fue la noche de CR7, peleado con el gol, con la destreza más imponente y más extendida de toda su carrera. A veces por las paradas de Lumley, otras por la falta de pegada, frustrado siempre por una secuencia interminable de remates fallidos, sin encontrar el bien más preciado del fútbol, para él y cualquier equipo: los goles.
Sólo acertó Jadon Sancho, en el minuto 25. Un pase de Bruno Fernandes lo habilitó ante la defensa contraria. Su tiro cruzado, beneficiado por un rebote en un rival, fue el 1-0 para el conjunto inglés, que no intuía que ese iba a ser el único gol a su favor de todo el encuentro, por más remates que intentó a lo largo de los 120 minutos de juego: 30. Nueve de ellos dirección a portería. Y sólo un gol.
Su adversario sobrevivió hasta los penaltis porque Cristiano y el Manchester United lo permitieron. También Marcus Rashford. O Bruno Fernandes, que, con 1-1, falló un gol que no admitía duda, con el portero descolocado, hasta que el fenomenal futbolista portugués lo estrelló en el palo.
Una noche negra en donde no pudo regalarse ni el gol ni la victoria.