El pasado 26 de marzo se celebró la Final Four de la King's League en el Camp Nou. Una competición de fútbol amateur creada por Piqué e Ibai Llanos, donde participan varios streamers muy conocidos mundialmente y algunos exfutbolistas, como Iker Casillas o Kun Agüero.
La final acogió a 92.000 personas en el estadio del FC Barcelona, batiendo el récord de asistencia en la competición. El día estuvo lleno de shows y espectáculos que los organizadores habían contratado para hacer de la final una experiencia única. Al evento asistieron multitud de caras conocidas, tanto del mundo de Twitch, como del mundo del fútbol. Laporta, por ejemplo, estuvo allí presente junto a Gerard Piqué.
Gerard Piqué estuvo durante todo el evento acompañado de sus hijos, Milan y Sasha. Uno de ellos protagonizó un momento junto a su padre que no pasó desapercibido para los espectadores allí presentes. Piqué regañó a su hijo Milán delante de todo el mundo, las imágenes se hicieron virales y los navegadores se preguntaban cuál habría sido el motivo.
Según el diario Sport, Milan, habría llamado "payaso" a alguien, un hecho que no le hizo ninguna gracia a Piqué y quiso recriminar su comportamiento.
Este domingo, Shakira abandonó definitivamente Barcelona después de diez años residiendo en la Ciudad Condal y lo ha hecho junto a sus hijos. Shakira había recibido una carta firmada por Joan Piqué, padre del exfutbolista, como administrador de Inversiones BCN Two & Two SL, comunicándole que tenía que abandonar la mansión familiar de Esplugues de Llobregat en los próximos días, según informa La Vanguardia.
Un viaje que no se habría tomado demasiado bien Gerard Piqué, que, aun sabedor de las intenciones de la madre de sus hijos y lo firmado en el convenio regulador con respecto a la custodia de los pequeños, aún tenía la esperanza de que los niños permaneciesen en Barcelona al menos hasta final del curso escolar.
La cantante comunicaba a sus abogados, con un día de antelación, que su marcha era definitiva, y que no regresaría tras las vacaciones de Semana Santa, el hilo de esperanza al que se aferraba Piqué.