Mathieu Flamini fue un futbolista de élite que jugó en diversos clubes como el Arsenal, AC Milan, el Olympique de Marsella, y, posteriormente, al Crystal Palace y Getafe, donde puso fin a su carrera como futbolista. Colgó las botas en 2017, sin un anuncio previo a su retirada, simplemente no volvió a pisar el césped.
Fue subcampeón de la Champions, tres veces campeón de la FA Cup y la Community Shield, y de la Serie A y la Supercopa de Italia. Tras varios años como futbolista, comenzó a invertir su dinero en otros negocios, creando su propia empresa con sede en París, GFBiochemicals, con el que buscaba una alternativa ecológica a los productos petroquímicos que se hayan en los plásticos.
Actualmente, Flamini sigue conservando un 60% de la empresa y tiene el puesto de Consejero Delegado. Y ello ha hecho que, según Forbes, obtenga un patrimonio neto de más de 11.000 millones de euros.
En 2020, Flamini ya había registrado más de 200 patentes en todo el mundo relacionadas con su ácido y firmó una alianza con Towell Engineering Group para comercializar el ácido bajo la marca NXTLEVVEL Biochem. La empresa opera también en países como Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Catar e India.
El ácido levulínico es un químico que ha sido identificado por el Departamento de Energía de Estados Unidos como una de las 12 moléculas clave que podrían ayudar a desarrollar un mundo más verde. También es el creador de la marca Unity, la gama vegana de productos de belleza masculina que lanzó en 2018 con el también futbolista Mesut Özil.
Para rematar su carrera como empresario, ha acudido como conferenciante a cumbres del clima, actos del Young Global Leaders del Foro Económico Mundial o en los del Consorcio de Bioindustria de la Comisión Europea, como así asegura la Revista Vanity Fair.
Ahora, tiempo después, Flamini se siente igual que Greta Thunberg: “Me siento parte de este esfuerzo de la generación más joven, como Greta Thunberg, que está preparando el futuro”, aseguraba el exfutbolista.