Max Verstappen es uno de los pilotos más relevantes de las últimas temporadas en la Fórmula 1. A sus 25 años ya tiene en su palmarés dos títulos mundiales y quiere seguir ampliándolo con Red Bull, aunque la última compra que ha hecho seguramente no le ha hecho gracia a su escudería.
Su pasión por los coches va más allá de las pistas y es un gran coleccionista. Tiene numerosos ejemplares deportivos, aunque Red Bull no fabrica coches de serie y por eso no puede tener a ninguno en su garaje.
Es este inconveniente el que le ha llevado a fijarse en coches de su marca rival en la pista. Al parecer se ha visto a Max Verstappen recientemente en un concesionario de Ferrari. Según la web ‘Auto.it’ el neerlandés estuvo mirando un SF 90 Stradale que próximamente estará en su garaje personal.
Se trata de un coche con tecnología híbrida enchufable con 1.000 CV de potencia debido a la combinación de su motor de combustión con otros tres eléctrico. Además, es un coche comprometido con el medio ambiente ya que puede recorrer hasta 25 kilómetros sin contaminar.
Tiene una velocidad máxima de 135 km/h. La versión que él vio es la Assetto Fiorano, la más rápida, ligera y vistosa de la gama que de base cuesta unos 430.000 euros y que podría alcanzar los 490.000.
No sería la primera vez que Verstappen comprara en Ferrari. Al parecer el piloto de Red Bull ya tiene un Monza SP2 de color negro, que adquirió en junio de 2020. El neerlandés sabe lo que es pilotar un coche de esta marca como hacen sus rivales Carlos Sainz y Charles Leclerc. Se desconoce cómo ha sentado en su equipo esta compra, sobre todo que haya salido a la luz gracias a un video de un aficionado.