Roger Federer juega este viernes el último partido de su carrera profesional. El tenista suizo ha elegido al mejor compañero de baile para su despedida, el mismísimo Rafa Nadal. Un partido que tendrá los focos del planeta entero. Entrar en la pista londinense y conseguir un asiento vale su peso en oro ¡Hasta 50.000 euros por estar presente en un partido histórico para el tenis!
Entre 25.000 y 50.000 euros. Esa es la horquilla de precios para ver a Roger Federer una última vez. Las entradas para asistir a la Laver Cup se han disparado gracias al suizo, que deleitará al público con sus últimos raquetazos en uno de los eventos más exclusivos de Londres.
Y eso que la Laver no deja de ser un torneo prácticamente de exhibición, aunque ahora cuente con el apoyo de la ATP y las victorias y derrotas cuentan para el conteo oficial del circuito. Eso sí, no reparte puntos para el ránking.
Pero el torneo, organizado por TEAM8, la agencia de representación que el propio Federer regenta junto a su agente de toda la vida, Tony Godsick, se mantiene como una pieza única del circuito, por enfrentar a los mejores jugadores de Europa con los del Resto del mundo y por poder ver escenas únicas, como disfrutar de Federer y Rafael Nadal juntos en un mismo equipo de dobles, o al suizo y a Novak Djokovic ser también parejas sobre la pista.
A la morbosidad de tener junto al 'Big Four', compuesto por Nadal, Federer, Djokovic y Andy Murray, por primera vez en la historia, se ha unido la sorpresa de última hora de que este será el último torneo del suizo, que no volverá a jugar ninguna competición oficial después de este fin de semana.
Esto ha hecho saltar la banca del precio de las entradas. Un ticket para el torneo apareció, hace meses, en la web oficial, a un precio máximo de 375 libras (430 euros), una cantidad ajustada al nivel económico de la capital británica, acostumbrada a pagar miles y miles de euros para asistir a Wimbledon.
Una entrada para el torneo es como encontrar un billete de oro para la fábrica de chocolate de Willy Wonka. Con la única diferencia de que esta vez no hace falta buscar fortuna en las tabletas de chocolate, sino acudir a la reventa.
Las entradas más caras, las de la jornada del viernes, el único día que jugará Federer, oscilan entre los 25.000 y los 50.000 euros. Una última oportunidad de oro para la bajada de telón de una carrera que se ha alargado durante 24 años y que ha dejado a su paso 20 Grand Slams, 310 semanas en los más alto, 103 títulos, dos medallas olímpicas y más de 1.250 victorias, además de unas ganancias solo en premios que alcanzan los 130 millones de euros.