‘Corres como una niña. El género y la diversidad LGTBI en el deporte’ es un libro de David Guerrero, activista LGTBI que pone de manifiesto las carencias y la necesidad de los avances que todavía no se han dado en el entorno deportivo.
“Maricón es la palabra que más suena en los campos de fútbol de todo el país cada fin de semana”, dice David en su libro. “Y el problema es que luego eso se traslada a las ligas de niños y jóvenes, donde el deporte profesional y de élite es el ejemplo. Hay que darle la vuelta a la situación como un calcetín”.
Es uno de los problemas que presenta la sociedad, las generaciones más jóvenes carecen de referentes en el deporte en el colectivo LGTBI y los que hay como bien señala el autor de este libro no son demasiado bueno. Esto hace que los niños y niñas no se sientan seguros a la hora de contar abiertamente su sexualidad.
En el libro aparecen numerosos estudios. Uno de ellos señala que el 73% de los deportistas gais y lesbianas no se sienten seguros en el campo de juego. Además, que el 81% de los gais y el 73% de las lesbianas no cuentan su sexualidad mientras juegan incluso en deporte juvenil. Otro dato que destaca es que el 80% de los asistentes a partidos han sido testigos o víctimas de agresiones homófobas.
Los deportistas sienten un gran vértigo a confesar su verdadera orientación sexual y temen las represalias. El ejemplo está en el caso de Justin Fashanu, el primer futbolista que se atrevió a confesar que era gay. Se quedó sin club, sin apoyo de su hermano y terminó suicidándose por una acusación falsa de abusos sexuales.
Recientemente sí que ha habido casos de futbolistas que han dado el paso como Jake Daniels o Josh Cavallo. Ambos recibieron muchos apoyos, pero no se libraron de los insultos homófobos.
En países donde los derechos humanos están garantizamos y en donde hay libertad, es complicado, pero esto desgraciadamente no sucede en todo el mundo. En países como Arabia Saudí, sede de la Supercopa de España, o Catar, esto es impensable.
Los hombres que declaren su homosexualidad son condenados a muertes. “Fíjate que solo los hombres gais, porque en estos países ni se contempla la idea de que haya una mujer lesbiana; para ellos no existen, porque los derechos de las mujeres no existen”, dice David Guerrero en su libro.
Para hacer un avance en este ámbito es imprescindible que organismo y clubes se unan para la inclusión del colectivo LGTBI en el deporte. “Los aficionados y las marcas deben empezar a exigir a los clubes que no se vendan a países en los que no se respetan los derechos humanos”.
Las empresas trabajan para que esto sucede y en los equipos debería ocurrir lo mismo ya que de otra manera es darle la espalda a una realidad. Hay organizaciones que se dedican a orientar y preparar a las instituciones para ello como el caso de Redi, una asociación que protege los derechos del colectivo en las empresas.
Su objetivo es “crear espacios de trabajo inclusivos y respetuosos para todas las personas mediante el asesoramiento, intercambio de mejores prácticas y, sobre todo, la sensibilización, ya que la mayoría de la gente desconoce que las personas LGBTI no tienen las mismas oportunidades para acceder a un empleo y para desarrollarse profesionalmente”.