El tenis es uno de los deportes más seguidos en España y en todo el mundo. Los partidos de los grandes torneos tienen audiencias millonarias y acaparan la atención de todos los aficionados a la raqueta. Sin embargo, al contrario de lo que sucede en otros deportes como el fútbol o el baloncesto, que tienen un tiempo de juego reglamentario, la duración de un partido de tenis depende del tiempo que uno de los dos rivales tarde en conseguir un número determinado de puntos, juegos y sets.
La mayoría de los partidos de tenis se disputan a un total de tres sets. Eso significa que el partido terminará cuando uno de los dos jugadores gane dos sets. Pero eso puede suceder en apenas 20 minutos, en caso de que haya mucha desigualdad entre los rivales, o irse a más de tres horas, en el caso de que el choque sea muy igualado.
Sin embargo, no todos los partidos se disputan a tres sets: los torneos de Grand Slam se juegan al mejor de cinco sets, lo que significa que un jugador tendrá que ganar tres sets para llevarse el partido y avanzar en el torneo. Eso dificulta aún más conseguir una victoria, sobre todo cuando se trata de partidos antes los mejores tenistas: cuanto más largos son los partidos, más complicado es dar la sorpresa.
En los partidos a tres sets, el choque termina cuando uno de los dos jugadores gana dos sets. Para llevarse cada uno de ellos hay que hacer seis juegos, a no ser que los dos jugadores lleguen empatados a 5. En ese caso, el set se decidirá cuando uno de los dos rivales llegue a 7 juegos. Si se produce un empate a 6 el último juego de ese set se disputa bajo la fórmula de la muerte súbita o 'tie-break': hay que hacer 7 puntos antes que el rival y, además, ganar por ventaja de dos.
En los partidos a cinco sets de Grand Slam, el sistema es similar, aunque con una diferencia: los cuatro primeros sets se disputan con normalidad, ganándolo el jugador que llega antes a 6 ó 7 juegos. Sin embargo, en el quinto y definitivo set, depende de cada Grand Slam.
El objetivo de ese 'super tie-break' es evitar que algunos partidos se alarguen. En el recuerdo de todos está el partido más largo de la historia del tenis, el que disputaron John Isner y Nicolas Mahut en Wimbledon en 2010 y que se extendió durante más de 11 horas de juego repartidas a lo largo de tres días. El resultado final fue 6-4, 3-6, 6-7 (7), 7-6 (7) y 70-68.
También en la Copa Davis, los partidos se disputaban al mejor de cinco sets hasta que en 2019 cambió el formato y comenzó a disputarse en su nuevo formato de concentración en una sola ciudad. Ahora se ha pasado a jugar partidos de tres sets con una innovadora fórmula que da más emoción al torneo.
La puntuación en tenis es única de este deporte y del pádel. Los jugadores tienen que hacer cuatro puntos, pasando del 0 al 15, luego al 30, luego al 40 y, por fin, al punto. Sin embargo, puede darse el caso de que los dos jugadores lleguen empatados a 40. En ese caso, para ganar el juego hay que superar al rival por dos puntos.
Se pueden dar todas estas posibilidades:
Uno de los factores que más afectan a la duración de un partido de tenis es el tipo de superficie en la que se juega. La más lenta es la tierra batida y eso provoca que los puntos sean mucho más largos y, por tanto, los partidos duren más. Es habitual ver choques en París que se van por encima de las cuatro o hasta cinco horas de juego.
En cambio, en pista rápida, los puntos son mucho más rápidos ya que hay menos peloteos. Eso hace que la duración de los juegos y sets sea mucho menor, aunque también hay otro factor que equilibra la balanza: como es más difícil romper el saque al rival, en muchas ocasiones se completan todos los juegos de cada set, obligando a llegar al 'tie-break' y alargando los partidos.
Saber cuánto dura un partido de tenis con antelación es imposible. Lo mejor es disfrutar de cada choque y del nivel que ofrecen los jugadores, sobre todo se estamos ante un buen choque y el partido se alarga y, con él, la emoción en el marcador por conocer al vencedor final.