Para algunos el cordaje de la raqueta es uno de los aspectos más importante que influyen en el juego y se suele decir que es el alma de ella. A la hora de elegir uno tendrás que tener en cuenta el material del que esté compuesto, el calibre y la tensión.
Las cuerdas en este caso se construyen con filamentos naturales sacados de la tripa de la vaca. Estos elementos se agolpan en uno solo con colágeno. Es el más caro debido a su procedencia y su proceso de elaboración. A la hora de jugar aporta gran tensión a la bola, potencia y comodidad.
Si utilizas este tipo en tu raqueta deberás saber que está compuesto por un solo elemento, en este caso el poliester. Tiene gran rigidez, da control y es muy duradero. Muchos profesionales optan por este material, pero tienen que tener en cuenta que pierden potencia, reacción y elasticidad.
Consiste en cientos de microfilamentos enlazados. Es más económico que el de tripa natural. Este tipo de cordaje aporta potencia, sensibilidad, confort, sensibilidad y buena jugabilidad. Además, una de sus grandes ventajas que tiene una gran absorción del impacto. Si tienes problemas en la muñeca esta será la opción más recomendada.
Esto se produce cuando combinas dos tipos de cordaje diferentes y uno de ellos se coloca de forma vertical y el otro en horizontal. Con ello harás que los beneficios que puedan aportarte cada uno de ellos se fusionen para mejor tu juego. La mejor opción es que la cuerda más rígida se ponga en vertical y la más elástica en horizontal, aunque esto no es una norma escrita ya que tenistas como Roger Federer lo aplican al revés.
El diámetro de la cuerda puede variar de 1 mm a 1.5 mm. La medida internacional es el calibre, cuando mayor sea el número de este más fina será la cuerda. Se mide en un rango del 15 al 19 y tiene medios calibres identificados con una L (15L, 16L y 17L).
Los más finos aportarán más suavidad, sensibilidad y mayor capacidad de giro y los más gruesos más tensión y duran más tiempo.
Es uno de los aspectos más importes, pero el que menos se suele tener en cuenta. De la tensión que tengan las cuerdas de tu raqueta va a depender la velocidad de salida de la bola y por tanto la potencia y el tiempo que la bola permanece en contacto con la cuerda, el control. A menor tensión más potencia y a mayor tensión más control.
Tendrás que prestar atención a las recomendaciones que el fabricante te indique. En el te especificará el intervalo de tensión a la que la raqueta puede ser sometido y teniendo en cuenta esto ya lo adaptas a tu juego.