Rafa Nadal dice adiós al Open de Australia. El tenista español, que está teniendo un inicio de temporada complicada, ha vuelto a tener que retirarse de la pista después de una nueva lesión en su carrera. El de Manacor no pudo acabar su partido de primera ronda ante Mackenzie McDonald.
Nadal afrontaba el primer Grand Slam de 2023 con la esperanza de regalar un triunfo a su primer hijo, quién se encontraba en las gradas por primera vez. Pero no pudo ser. Durante el segundo set, el tenista sintió un pinchazo en su pierna izquierda que le obligó a retirarse a vestuarios.
El de Manacor recibió la asistencia médica mientras su mujer, Mery Perelló, y su entrenador, Carlos Moya, sufrían desde la grada. Incluso se les pudo ver llorando ante una nueva lesión de nuestro mejor deportista. A pesar de los problemas físicos, Nadal regresó a la pista para continuar un encuentro que acabó cediendo con 5-5 en el marcador.
Un encuentro que era muy especial para Rafa por contar por primera vez en las gradas con su hijo recién nacido. "Agradecido de tener la oportunidad de que estén aquí conmigo en Australia. Ayuda mucho. En esta etapa de mi carrera imaginarme meses fuera de casa siendo padre sería una situación difícil", comentó el tenista.
Este nuevo contratiempo deja muy tocado a un Nadal que cada día sufre más por las lesiones. "He notado algo en la cadera y se acabó. Había notado algo en los días previos pero nada como hoy. Tengo un histórico de problemas en la cadera que me han obligado a hacer tratamientos en el pasado", aseguraba un Rafa al que se le pudo ver muy cansado con sus lesiones.
"Estoy cansado y frustrado por estar en procesos de recuperación de lesiones en gran parte de mi carrera. Pero siempre lo he aceptado. No puedo decir que no estoy mentalmente destrozado porque estaría mintiendo", finalizaba un Nadal apenado.