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Paula Badosa pierde los papeles al caer con la 169 del mundo: de su mal perder a la patada a la raqueta

  • Paula Badosa perdió en su regreso en el torneo de Eastbourne

  • Lo hizo frente a la tenista 169 del mundo

  • La española mostró signos de frustración dando una patada a la raqueta

Paula Badosa no ha tenido el mejor regreso en el torneo de Eastbourne. La española se ha desinflado en las últimas semanas y sus gestos empiezan a denostar su frustración. Se enfrentaba a Jodie Burrage, 169 del mundo, y perdió (6-4 y 6-3).

Badosa tuvo que retirarse lesionada en la tercera ronda de Roland Garros por una lesión en la pantorrilla derecha. No había vuelto a las pistas desde entonces. Decidió reaparecer en Eastbourne, sobre hierba, con la vista puesta en Wimbledon.

Acusó la inactividad la ganadora este año en Sydney, cuarta jugadora del mundo, ante una rival más acostumbrada a esta superficie y que ya en la primera ronda sorprendió a la croata Petra Martic.

La londinense de 23 años, 169 en el ránking, hizo frente a Badosa que no encontraba la forma de tomar ventaja en el marcador. La británica rompió en el noveno juego y consolidó a continuación para cerrar el parcial y encarrilar el triunfo.

Esto hundió a Paula Badosa que tuvo un mal arranque del segundo. De pronto se topó con un 4-0 en contra que fue incapaz de enmendar.

Burrage cerró el triunfo en una hora y 13 minutos para citarse con una de las jugadoras más en forma del momento, la brasileña Beatriz Haddad Maia que acumula once triunfos seguidos, todos en hierba, ante la estonia Kaia Kanepi (6-4, 3-6 y 6-3).

La frustración de Badosa

La tenista española no acabó de encontrarse en la pista y su raqueta lo acabó pagando. La tiró al suelo y le dio una patada. En los momentos en los que se sentaba en la silla los gestos de su cara demostraban la incomodidad que sentía sobre la hierba.

El peor gesto y por el que ha sido más criticado ha sido por su saludo con la vencedora al final del encuentro. Paula se acercó de mala gana a la red como es habitual y de pasada le chocó la mano sin apenas mirarla.