El número uno del mundo firmó seguramente su mejor encuentro hasta ahora en el torneo. Y lo necesitó para batir al de Canberra, que venía de una paliza con el ruso Karen Kachanov, y que se guardó esa faceta más de 'showman' que en ocasiones le perjudica para mostrar el talento que se le presupone y obligar al manacorí a no despistarse en ningún momento.
Si bien el campeón en Melbourne en 2009 dominó con cierta autoridad el primer y el cuarto set, este último ya con su rival notando el esfuerzo físico de su anterior encuentro y el desgaste de pelearle desde el fondo al manacorí, el oceánico nunca se rindió y supo sacar partido a sus escasas oportunidades al resto para alargar un duelo entre dos tenistas que ofrecieron un gran nivel.
Nadal cerró el pase a los cuartos de final con un total de 64 golpes ganadores, con un 'drive' letal pese a jugar por la noche y un revés a dos manos cruzado que hizo también mucho daño, por tan sólo 27 errores no forzados, mientras que Kyrgios le replicó apoyado en su poderoso saque (25 saques directos) para 50 'winners' y más errores (43).
El español, además, se mostró muy sólido al servicio, con sólo 12 puntos perdidos con su primer servicio y concediendo únicamente tres bolas de 'break', que curiosamente no salvó para pagar un precio que no fue excesivamente caro porque supo manejar mejor los compases más tensos del duelo en los dos 'tie-breaks'.
Kyrgios saltó a la Rod Laver Arena con una camiseta homenaje a Kobe Bryant y su '8', en lo que fue una de las pocas muestras alejadas del tenis que ofreció en la noche australiana. Nadal tampoco dio concesiones y supo esperar paciente a su oportunidad al resto, que llegó en el cuarto juego donde logró el 'break' que le permitió cerrar el primer parcial.
El balear continuó a muy buen nivel y pudo encarrilar el segundo set, pero desperdició un valioso 15-40. El jugador local aguantaba y dejaba muestras de su calidad, y fue entonces él el que encontró una de sus pocas oportunidades al resto para romper y coger su primera buena ventaja (3-1).
El de Canberra entonces se agarró a su servicio para igualar un duelo que entró en su mejor fase en el tercer set, de mucho nivel por ambos lados y con los saques imponiéndose. Sólo hubo una opción de rotura, a favor del número uno del mundo con 4-3 arriba en el marcador, pero salvada por un Kyrgios que alcanzó la 'muerte súbita'.
Nadal demostró su fortaleza mental para llevárselo después de haber desperdiciado una bola de set con una inoportuna doble falta y ese golpe pareció definitivo para su rival, más castigado y que cedió en blanco su saque al inicio del cuarto parcial.
El campeón de 19 'grandes' tiró entonces de servicio y se plantó con 5-4 tras perder únicamente dos puntos al saque. Sin embargo, inesperadamente, no acertó a cerrar el partido y el australiano cogió vida y aire para jugar su fortuna en otro 'tie-break' donde ya no perdonó para alcanzar por 41ª vez los cuartos de final en un 'Grand Slam'.