El inicio del US Open ha significado un gran cambio en la historia del tenis. El torneo estadounidense se convierte en el primer Grand Slam donde se permite el 'coaching', es decir, la conversación de los jugadores con sus entrenadores durante cualquier momento del partido. Hasta ahora, estas instrucciones por parte de los preparadores estaban totalmente prohibidas y estaban castigadas con un 'warning', una advertencia por parte del juez de silla, y una sanción económica para el jugador.
La ATP ha decidido darle un giro a su política con esta cuestión y abrir la mano "para favorecer el espectáculo en la pista". Como única norma, las instrucciones deberán ser cuando el jugador se encuentre cerca del entrenador tras acabar el punto y los gestos no deberán molestar al rival. Este primer paso es un banco de pruebas en este final de temporada que se convertirá en definitivo si todo funciona correctamente y al que los jugadores aún deben acostumbrarse. Por ejemplo, Nadal preguntaba en pleno partido al juez de silla en qué consistía. “Se puede hablar, pero nada de conversaciones”, le apuntaba Mohamed Lahyani.
Varios jugadores en el circuito han mostrado su opinión a esta nueva medida y se ha generado la división en el circuito. La mayoría de los mejores jugadores del ránking se muestra a favor de la medida y uno de los más claros siempre ha sido el griego Stefanos Tsitsipas: "El 'coaching' debe permitirse en el tenis. El deporte necesita aceptarlo. Somos uno de los únicos deportes globales que no usa el 'coaching' durante el juego. Hacedlo legal. Ya es hora de que el deporte dé un gran paso adelante".
Pero no todos opinan como el tenista heleno. Uno de los que han alzado la voz contra este nueva medida es Nick Kyrgios. El australiano ya sabemos que no se calla nada ni dentro, ni fuera de la pista y se ha convertido en una oposición frontar a las conversaciones entrenador-jugador: “Estoy completamente en desacuerdo. Se pierde una de las particularidades que solo tiene este deporte. El jugador tiene que manejar el partido por sí mismo. Esa es la belleza de esto”. Más duro ha sido el estadounidense Taylor Fritz que no parece estar del todo de acuerdo: “Es una regla tonta porque es un deporte individual. Es ridículo no ser bueno analíticamente, para resolver cosas y proponer estrategias, y que alguien te diga qué hacer. Lo odio”. Lo que no cabe duda es que esta novedad cambia el tenis tal y como lo conocíamos.
El mejor ejemplo lo hemos visto ya en la 1ª ronda de este US Open. La griega María Sakkari sufre en el partido ante la alemana Maria en el tercer set. Desde que recibe un ostensible 'coaching' por parte de su entrenador, ya no vuelve a perder ningún punto en lo que queda de partido y cierra su victoria con un 6-0.
Pero, quizás, lo más polémico del 'coaching' es si rompe o no la igualdad en los partidos de tenis. Ha sido también Nick Kyrgios quien ha abierto este debate: “¿Qué ocurre si un jugador de los top juega contra uno de perfil más bajo, que no puede permitirse un entrenador?”. Es cierto que el 'coaching' solo puede llevarse acabo si el jugador tiene o puede tener a su entrenador en la grada y eso no siempre pasa. En muchas ocasiones, el coste de llevar un equipo consigo a los torneos es inasumible para los tenistas más modestos del circuito y eso ha abierto un debate en la ATP y WTA.