El Mundial de Qatar ha sido uno de los torneos que pasarán a la historia. Por toda la polémica que le rodeó al ser celebrado en el país con falta de derechos humanos y por todo lo que también ha sucedido fuera del campo. Muchas frases que se pronunciaron pasarán a la historia.
En medio de la polémica, cuando arreciaban las críticas por haber concedido el Mundial a Catar, el presidente de la FIFA Gianni Infantino aprovechó la rueda de prensa previa al comienzo de la competición para alzar la voz en defensa de la elección, para señalar los avances que gracias a la Copa del Mundo se habían producido en el país árabe y para señalar la hipocresía de Europa
"Hoy me siento catarí. Hoy me siento árabe. Hoy me siento africano. Hoy me siento gay. Hoy me siento discapacitado. Hoy me siento un trabajador migrante".
“Hay una doble moral. Yo soy europeo. ¿Quién ayuda a los trabajadores migrantes? El Mundial lo hace, la FIFA lo hace. Unos 25.000 trabajadores inmigrantes han muerto según la política de migración europea desde 2014. En Europa cerramos nuestras fronteras y no aceptamos trabajadores que vengan a trabajar legalmente. Sí los hay que vienen a trabajar ilegalmente. Y luego criticamos a Qatar”.
Argentina llevaba tres años y cuatro meses sin perder, una racha invicta de 36 partidos que le situaba a un partido de igualar el récord histórico de Italia. Arabia Saudí, desde la posición 51 del ránking FIFA no parecía una seria amenaza…y además Messi había adelantado a la Albiceleste de penalti, en el minuto 10.
Pero ocurrió lo imposible. La selección saudí remontó en cinco minutos (del 48 al 53) y los de Lionel Scaloni no encontraron la forma de evitar la derrota.
En la sala de prensa, el técnico francés de la selección saudí tampoco encontró una explicación lógica: “Se han alineado los astros hoy. Argentina sigue siendo un combinado fantástico con 36 encuentros seguidos sin perder, campeones de la Copa América, con un jugador espectacular, pero en el fútbol a veces pasan estas cosas inesperadas".
Pese a perder contra Bélgica (1-0), Canadá había sido mejor y, llevado por la euforia del momento, su técnico, el inglés John Herdman, cometió ante las cámaras uno de los excesos verbales del torneo: "Le dije a los jugadores que pertenecen a este torneo y que vamos a jodernos a Croacia, así de simple y sencillo. Hemos demostrado que merecemos estar aquí”.
Ni siquiera cumplió su palabra. Croacia le goleó (4-1). Canadá fue eliminada y el equipo de Luka Modric completó un torneo casi impecable, que le llevó al tercer puesto.
Tan solo se llevaba una semana de competición y ya había entrenadores en el disparadero. Ghana había perdido el primer partido contra Portugal (3-2) y el técnico, Otto Ado, se enfrentaba a una eliminación prematura. Al ser cuestionado al respecto, dejó claro cómo el fútbol, a menudo, pierde el foco sobre lo que es importante.
“Es un privilegio estar sentado aquí y ser el seleccionador de Ghana. Eso no es presión. Presión es pensar qué hay que comer al día siguiente. Es una presión diferente”.
La definición de la fase de grupos alimentó las primeras polémicas arbitrales. Uruguay sufrió una dolorosa eliminación (por diferencia de goles con Corea del Sur) y el técnico celeste, Diego Alonso, quiso defender el trabajo de sus jugadores y criticar el arbitraje que sufrió su equipo en el Mundial: "No creo que el punto (contra Corea del Sur 0-0) nos haya eliminado. Nos eliminó el penalti de Portugal. Es lo que nos eliminó. No fue el punto. Nos eliminó el penal que nos convierten en el tiempo extra y que la FIFA dice que no es penal".
Sin duda la frase del Mundial. La que será más recordada y la que, en Argentina, ha dado para hacer desde canciones a una línea de pantalones vaqueros o un vino que incorpora la cita a su etiqueta.
Había sufrido lo indecible Argentina en los cuartos de final ante Países Bajos, a los que eliminó en la tanda de penaltis tras desperdiciar dos goles de ventaja, y Leo Messi mostró una cara inhabitual.
Cargó contra todos, contra el árbitro español Mateu Lahoz (“No pueden poner un árbitro así en estas instancias), contra Louis van Gaal (Van Gaal, que tanto vende que juega bien, le tira pelotazos a los grandotes, nomás”) y dejó la última perla cuando iba a ser entrevistado en la televisión y vio que le miraba de forma desafiante el holandés Wout Weghorts -autor de los dos goles neerlandeses- ¡Qué mirás, qué mirás, bobo! Andá pa' allá, bobo, andá pa' allá y dejá de molestar!".
Marruecos fue la sensación del Mundial catarí. Superó a Bélgica en la fase de grupos, eliminó a España en octavos y a Portugal en cuartos de final, convirtiéndose en la primera selección africana que alcanzaba una semifinal mundialista. Una secuencia que le llevó al técnico, Walid Rregragui, a comparar a su equipo con el cinematográfico boxeador que creó Silvester Stallone.
“Somos un equipo al que todos aman por talento y calidad. El dinero no consigue superar la pasión. Esto no es un milagro, es trabajo. Todo el continente está feliz por nosotros. Somos los Rocky Balboa del Mundial".
Cristiano Ronaldo vivió el que se presupone su último Mundial envuelto en polémica. La rescisión del contrato con el Manchester United y su enfrentamiento con el seleccionador luso Fernando Santos, que le relegó al banquillo en el tramo decisivo, le deparó una amarga despedida. Por eso, tras consumarse la eliminación ante Marruecos, en los cuartos de final, no pudo reprimir las lágrimas, solo de camino al vestuario.
Horas después, publicó un emotivo mensaje en las redes sociales. "Lo di todo en el campo. Nunca le di la espalda a la lucha y nunca renuncié a ese sueño. Por desgracia, ayer el sueño se acabó…() El sueño fue bonito mientras duró... Ahora, esperemos que el tiempo sea un buen consejero y permita a cada uno sacar sus propias conclusiones".
La clasificación para la final y el hecho de que Karim Benzema jugase un amistoso contra el Leganés con el Real Madrid, un día después, destapó el distanciamiento entre el último Balón de Oro y su técnico, Didier Deschamps.
Cansado de que en las ruedas de prensa le preguntasen por Benzema, Deschamps dejó claro la víspera de la final que no era su problema si el madridista iba a acudir o no al último partido como invitado, como quería el presidente francés Emmanuel Macrón.
“"He tenido lesionados, entre ellos Karim, pero también Lucas Hernández. Desde que se fueron me quedé con 24 y me centro en esos. Hacer la pregunta es, cuando menos, torpe para ellos. (...) Yo no me ocupo de las invitaciones de los jugadores lesionados o de los antiguos jugadores. Unos estarán y otros no, no lo sé”, sentenció.
En medio del éxtasis, tras conseguir el único título que le faltaba, Leo Messi despejó la incógnita; puede que sea su último Mundial, pero no su último partido con la Albiceleste.
"No me retiro de la selección. Quiero continuar jugando para Argentina para honrar el título de campeón del mundo. Es el título que me faltaba y aquí está. Es una locura. Ha habido que esperar mucho". El Rey no abdica.