Neymar se mostró destrozado tras perder en los cuartos contra Croacia. El brasileño sabe que era de sus últimas oportunidades para ganar y sus declaraciones así lo corroboraron. "Creo que no. Tenemos que ver lo que pasará en el futuro, pero está claro que no estaré para el próximo Mundial".
Al ‘10’, con una carrera brillante, se le resiste un gran título con su país, más allá de la Copa Confederaciones que ganó en 2013, siendo protagonista en la final contra España.
Fuera de la absoluta, lideró a los suyos a ganar los Juegos Olímpicos de Brasil 2016, donde marcó el quinto y definitivo penalti, justo lo que no tuvo la oportunidad de hacer contra Croacia, y que dio el primer oro olímpico para Brasil en su historia.
También fue campeón del Sudamericano sub-20 en 2011, pero ganar el Mundial era el culmen de su trayectoria. Por ello, enfocó todo a la cita en Catar, pero su sueño se torció; y desde el principio.
Recibió nueve entradas en el estreno contra Serbia -más que ningún otro en la competición- y en la última acabó lesionado. Tobillo derecho dañado, lágrimas en el banquillo consciente de que le habían dañado junto en el punto más frágil de su carrera.
Desde 2018 y hasta llegar a Qatar 2022, 396 días de baja por lesiones en sus tobillos. Su continuidad en el torneo estuvo en seria duda, pero se recuperó a tiempo, superando los pronósticos, para reaparecer en octavos de final.
Y lo hizo liderando el mejor juego que mostró Brasil en el torneo. Cuatro goles en 36 minutos frente a Corea del Sur. El segundo, un penalti que anotó el propio Neymar con gran maestría, esperando hasta el último momento a que se venciera el guardameta y colocando el balón con tranquilidad al otro lado. Seguramente, por su cabeza pasó repetir el mismo proceso ante Livakovic en un penalti que nunca fue.
Pero el sueño de Neymar se cruzó con la indestructible Croacia. La que siempre llega a los penaltis y siempre gana. Liderada por un Luka Modric que a sus 37 años demostró a Neymar que, si se lo propone, los 34 años con los que llegaría al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá, no son nada.
Antes de las lágrimas tras la derrota, el ‘10’ hizo historia. Amarga por el resultado final, eso sí. En el minuto 106, después de que Livakovic le sacara dos manos a mano durante el tiempo reglamentario, dejó una acción de pura clase, con una conducción vertical apoyándose en dos paredes con Lucas Paquetá y Rodrygo, para después recortar al guardameta croata e igualar los 77 tantos que hizo Pelé, según los datos de oficiales de la FIFA, en los 14 años que jugó como internacional.
Un gol muy especial, además de por lo que significa a nivel histórico y del momento en el que se dio, por el complicado momento de salud que atraviesa Pelé.
Neymar ha necesitado, eso sí, 32 partidos más que Pelé. Mientras que el del Paris Saint Germain ha llegado a esta cifra con 124 partidos, Pelé necesitó solo 92.
Un Mundial de Catar 2022 en el que Neymar igualó a Ronaldo Nazario al marcar en tres citas mundialistas. Por delante, cómo no, los cuatro de Pelé. Sin embargo, todo quedó en un segundo plano tras la tercera eliminación que sufre con Brasil en un Mundial. Y, seguramente, la primera y la tercera fueron las más traumáticas.
Neymar llegaba como líder al Mundial de Brasil. En casa. Las expectativas estaban en sumar la sexta estrella que aún, 20 años después de la quinta, se les resisten. Una participación que acabó en uno de los partidos más dolorosos de su historia.
El Estadio Mineirão acogía el Brasil-Alemania. Sin Neymar. Sufrió el 1-7 germano desde la grada porque en los cuartos de final sufrió una fractura en una vértebra lumbar tras un golpe de Juan Camilo Zúñiga (Colombia) ya en el minuto 86 con el encuentro decidido. Impotente dos años después de haber liderado a los suyos al oro olímpico, también en su país.
Cuatro años después esperaba su revancha, pero no llegó. Anotó frente a México en octavos el que fue su primer gol -lleva tres, ya que hizo dos en Qatar 2022- en unas eliminatorias de un Mundial. Sin embargo, cayó contra Bélgica 1-2 en cuartos y, de nuevo, se quedó sin título.
Cuatro años y medio después, en el estadio Ciudad de la Educación, sufrió la misma tristeza, acentuada por la forma en la que cayó Brasil y por las expectativas generadas en torno al equipo de Tite, que se encargó de desmontar Croacia.
Acabó así, entre lágrimas, el gran objetivo de Neymar, el de añadir una estrella al pecho de Brasil y sumar su nombre a las leyendas absolutas de su país. Un hueco que, pese a igualar a Pelé, todavía se le resiste.