Croacia ha dado la gran sorpresa de lo que llevamos de Mundial tras echar a Brasil, la gran favorita, en la tanda de penaltis. Una tanda de penaltis que empezó a decantarse del lado croata cuando Rodrygo falló el suyo, el primero para Brasil. Tras el pitido final, Luka Modric tenía claro qué tenía que hacer.
Aunque no lleve el brazalete y tampoco vista de blanco, Luka Modric tiene interiorizado eso de ser capitán del Real Madrid. Por ello, tras conseguir el billete a semifinales, paró cualquier celebración para irse directo a consolar a su amigo Rodrygo, que se estaba martirizando tras haber fallado su penalti.
El croata también consoló a MIlitao y Vinicius y minutos antes, en el descanso del tiempo reglamentario, se fue directo a intercambiarse la camiseta con su amigo y excompañero Casemiro. Y es que Luka Modric sigue agrandando su leyenda dentro del fútbol.
La selección de Croacia ha alcanzado las semifinales del Mundial de Catar tras superar, en la tanda de penaltis, a Brasil (1-1, 4-2 en los penaltis), ante la que consiguió neutralizar el tanto de Neymar Jr. en el minuto 105 con otro de Bruno Petkovic en el tramo final de la prórroga, para cerrar la gesta imponiéndose desde los once metros.
Frente a los once metros, Croacia volvió a mostrar, como ante Japón en octavos, su sangre fría para batir al meta carioca en sus cuatro lanzamientos, mientras Rodrygo fallaba ante Livakovic y Marquinhos estrellaba el esférico en el palo para desatar la locura en las filas croatas, de nuevo en semifinales por segundo Mundial consecutivo.