La peligrosidad en el mundo de las motos es una cuestión aceptada por los pilotos y aficionados al motociclismo, pero que no todos están dispuesto a asumir. El joven piloto hispano-argentino de Moto2, Gabriel Rodrigo, ha anunciado el final de su carrera deportiva por sorpresa. Con un vídeo en sus redes sociales esta mañana, ha dado a conocer la noticia y los argumentos que le han hecho llevar a tomarla.
El joven de 25 años ha hecho un repaso de lo ocurrido en los últimos meses y que le han hecho bajarse definitivamente de la moto: "Poco después de firmar mi contrato para subir a Moto2, tuve un accidente muy fuerte entrenando en el que vi peligrar mi vida. Eso, unido a todas las desgracias que hemos vivido recientemente de compañeros nuestros ha hecho que me replantease si valía la pena seguir tomando tantos riesgos cada vez que me subo a la moto".
Los pilotos, antes de pilotos, son personas y el riesgo de jugarse la vida cada fin de semana obliga a hacer una profunda reflexión a cada uno de los pilotos: "Me gusta mi vida y me gusta mi familia demasiado como para ponerla en riesgo", ha afirmado Gabriel que se muestra "feliz de haber tomado esta decisión".
Una decisión complicada que ha madurado en los últimos meses poniendo en una balanza el presente y el futuro: "No tenía sentido seguir corriendo y, si lo hacía, era por pena y melancolía de lo que ha sido mi identidad todos estos años. Pero lo que realmente quiero es parar y dedicar mi tiempo a otras cosas" , comenta el piloto en su comunicado que deja el motociclismo que, hasta ahora, ha marcado su vida: "Me siento muy afortunado de haber podido hacer de mi pasión un trabajo con el que ganarme la vida y me llevo muchísimos recuerdos especiales y a gente que he conocido. Puedo decir adiós al motociclismo con una sonrisa".