"Fernando Alonso no tiene mecánicos, tiene hooligans". Esta es una de las frases que más se repite entre los aficionados del piloto asturiano en redes sociales. A diferencia de lo que ocurrió en Alpine, el bicampeón del mundo se siente como en familia y eso se nota cada vez que se baja del monoplaza. Otra vez se fue a abrazar a los suyos tras conseguir la tercera posición en Melbourne y les hizo un gesto en el podio que los volvió locos.
El piloto de Aston Martin recibió de las manos de las autoridades el trofeo que le acreditaba como tercer clasificado en el Gran Premio de Australia y acto seguido hizo la típica pose del Capitán América para dedicárselo a sus mecánicos. La realización les enfocó acto seguido y no paraban de corear su nombre mientras levantaban corchos con su cara en formato gigante. El buen rollo en la escudería británica es tal, que más que compañeros de equipo parecen su propio club de fans.
Fernando Alonso ha encontrado en Aston Martin el respeto que no encontró en Alpine. Si bien en la escudería francesa sus consejos y su experiencia no eran tenidos en cuenta, en la escudería británica llevan a cabo todo lo que el asturiano les aconseja, valorando sus conocimientos y respetándole como la leyenda de la Fórmula 1 que es. Una buena relación entre mecánicos, ingenieros y pilotos siempre acaban traduciéndose en buenos resultados a lo largo de la temporada.
El español Fernando Alonso que este domingo volvió a causar la gran sensación al acabar tercero el Gran Premio de Australia, el tercero del Mundial de Fórmula Uno, declaró en el circuito semi-urbano de Albert Park -donde festejó su podio número 101 en la categoría reina- que el desenlace fue "una auténtica montaña rusa emocional", pero que da por bueno el resultado y que está "contento" con un nuevo 'cajón'.