Fernando Alonso completó por primera vez la Indy 500. El asturiano participó en 2017 pero no pudo terminar la prueba por un fallo mecánico, y esta vez sí pudo cruzar la línea de meta en las 500 millas de Indianápolis. Fernando Alonso terminó en la posición 21, pero cuando se encontraba el 15º se quedó sin embrague y tuvo problemas para salir de boxes. Takuma Sato ganó la Indy 500 en una carrera muy accidentada, en la que el español Alex Palou abandonó tras un golpe.
Sato volvió a reinar en el mítico óvalo, gracias a un adelantamiento sobre Dixon a 50 vueltas del final. El japonés, que además de ganar el 2017 fue tercero el año pasado, demostró un idilio especial con una cita que obliga a la carrera perfecta.
"500 millas completadas ! Una gran experiencia!✊️ Habíamos hecho ya la mitad de la remontada (P15 en a mitad de carrera) y ahí nos quedamos sin embrague! Cada pit stop era una arrancada manual con mecánicos empujando a la vieja escuela!😁 Contento d todas formas! Gracias Indy ❤️", escribió en sus redes sociales.
Así lo dijo un Alonso que salía 26º y que vio esfumarse sus opciones en una parada en boxes que se alargó durante varios minutos. Problemas con la caja de cambios y el embrague retrasaron al doble campeón del mundo de Fórmula 1 en la segunda mitad de las 200 vueltas, y le hicieron perder una con los líderes de la prueba.
El ovetense pudo terminar la carrera, pero estuvo lejos de lograr la ansiada Triple Corona. Su reto del piloto perfecto, embarcado en mil y una aventuras, volverá a su estado natural con su regreso la próxima temporada a la Fórmula 1 con Renault.
Peor suerte sí cabe corrió Palou, debutante en la prueba y que salía séptimo, con aspiración de pelear por la victoria. Así, el catalán llegó a verse en segunda posición en el primer tercio, pero el muro terminó con su sueño. Precisamente de la entrada a boxes de su accidente surgieron los problemas de Alonso.
Por delante, Dixon se vio sorprendido por un Sato que supo aguantar esas últimas 50 vueltas en primera posición. Las cinco últimas fueron un paseo triunfal, ya que el accidente de Spencer Pigot dejó el desenlace de la Indy con bandera amarilla y con los pilotos respetando sus posiciones.