“Destrozado, me encanta Tenerife, estáis todos invitados”: Manuel Herrera, el ultra del Betis que agredió a un joven en Bilbao y recibió una paliza en los carnavales canarios

Manuel Herrera Perejón (Benacazón, Sevilla), ex líder de los ultras del Betis y que dio el ‘salto a la fama’ tras agredir a un joven en la Plaza Nueva de Bilbao en abril de 2017 en la previa del partido entre Athletic y Betis, sufrió en los pasados carnavales de Tenerife una brutal paliza.

Con su cuerpo musculoso, repleto de tatuajes nazis y pasado de euforia, necesitó la ayuda de la UNIPOL de la Policía Local de Santa Cruz y los servicios médicos a las puertas de una conocida discoteca para ser atendido.

El incidente terminó con varios puntos de sutura y magulladuras en el cuerpo de un radical conocido en los archivos de las Fuerzas de seguridad desde hace más de una década.

Herrera, a sus 31 años, acumula a sus tatuadas espaldas más de treintena de antecedentes que van desde la tentativa de asesinato, lesiones, extorsión o tráfico de drogas.

Tras ser agredido en Tenerife, Manuel Herrera ha vuelto a reaparecer en público horas después. El ultra del Betis, en varias imágenes, aparece en una piscina con una jarra en la mano. Eso sí, con gafas de sol que no dejan ver con totalidad su rostro resacoso de la paliza recibida.

“Estoy completamente destrozado amigos. Me encanta Tenerife. Estáis todos invitados” asegura –en tono irónico- el radical Manuel Herrera alardeándose de su ‘hazaña’ en los carnavales canarios.

Un nazi tatuado en tinta

Manuel Herrera tiene un cuerpo voluminoso esculpido a la fuerza en el gimnasio y tintado por todas sus partes. Uno de los tatuajes ayudó a las Fuerzas de Seguridad a detenerle por la agresión en Bilbao. En uno de los gemelos de sus piernas lleva tatuadas las letras A. H. T. R. que significa “Adolf Hitler tenía razón”.

El ultra bético también tiene en su espalda el lema del ejército alemán en la II Guerra Mundial: ‘Gott mit uns’ con traducción “Dios esté con nosotros. Además en su pecho tiene la calavera Totenkopf, símbolo de una de las divisiones de las Waffen SS, entre otros tatuajes nazis.

Un peligro en la calle

Manuel Herrera se encuentra en libertad pese a sus antecedentes pero ya sabe lo que es pisar la cárcel. En su ficha se encuentran varios capítulos como la agresión a un joven en un bar de ambiente gay en Sevilla, la fuga de un control policial o una paliza por una deuda económica, entre otros delitos.

La última vez que ‘deportivamente’ se supo de él fue por una multa de 60.000 euros del Comité Antiviolencia por colarse en el partido entre Getafe y Betis en la zona reservada para la afición sevillana. Herrera tiene prohibido el acceso a todo recinto deportivo.