Rob Burrow saltaba al césped para participar junto a su equipo, el Leeds Rhinos, en un partido que recaudaba fondos para la investigación contra la enfermedad de la neurona motora. En el momento de saltar al campo, todo el estadio se puso en pie para recibirle con una gran ovación y la leyenda de rugby no pudo contener las lágrimas.
El jugador se derrumbó hace casi un mes ante las cámaras cuando confesó que padecía esta enfermedad incurable: "No estaba preparado para que me dijeran que tenía algo que no tiene cura. Es una frustración y no hay mucho que puedan hacer", explicó en una entrevista a BBC.
En el partido que disputaba ante el Bradford Bulls, Burrow fue abrazado por sus compañeros mientras corría por el campo.
Burrow descubrió que padecía esta enfermedad antes de Navidad y junto a su esposa les contó esta triste noticia a sus tres hijos. "¿Por qué nos cuentas esto, papá? Es aburrido", le contestó una de sus hijas, de cuatro años de edad.
Cuando el jugador anunció que padecía esta enfermedad incurable, rápidamente su puso en marcha una campaña de recaudación de fondos y en apenas unos días consiguió más de 230.000 euros.
En su carrera como jugador, Rob Burrow logró ocho Grand Finals, tres World Club Challenges y dos Challenge Cups en 17 años con su equipo. Como internacional consiguió 15 victorias con Inglaterra.