Diecisiete años en el Mundial de MotoGP, pentacampeón del mundo y con el sabor de 68 victorias, Jorge Lorenzo se bajará de la moto para quitarse el mono por última vez en el Gran Premio de Valencia.
Y lo hará convertido en leyenda del motociclismo, no solo español sino mundial, y tras haber trabajada en las fábricas de Derbi, Aprilia, Yamaha, Ducati y Honda. Toda esta histórica trayectoria no hubiese sido realidad si en su primera temporada oficial con tan solo 14 años hubiese tirado la toalla tras su primer accidente y lesión importante.
“Fue en la temporada de mi debut en el año 2002. Pasé por encima de la pieza de otro piloto en mitad de la pista y la rueda de atrás me resbaló. Me rompí la muñeca y una clavícula. Fue la primera lesión importante que tuve” explica Jorge Lorenzo.
El piloto balear asegura que “estaba convulsionando en la ambulancia junto a mi padre que estaba casi llorando”. Chicho Lorenzo, padre del piloto, recuerda que “fueron segundos eternos, se me vino el mundo abajo. Momentos en que quieres dejar las motos, dejarlo todo”.
Lorenzo explica que “mi padre me dijo: hijo vamos a dejar toda esta mierda porque no vale la pena. Apreté los dientes y le dije que iba a seguir, a que intentarlo”.
El del Repsol Honda quiere puntualizar que “si yo le digo a mi padre que lo dejo, lo hubiésemos dejado”. Hoy con 68 victorias, 152 podios y 69 poles Jorge Lorenzo, con cinco Mundiales de MotoGP, dice adiós a su pasión.