Desde hace cinco meses, 15 jugadoras de la selección española femenina de fútbol renunciaron a jugar con el combinado nacional "mientras que no se revierta" la situación que se generó en una de las concentraciones con el seleccionador Jorge Vilda. Desde entonces, ninguna de esas jugadoras ha vuelto a ir a ninguna convocatoria de la selección española.
Sus protestas a pocos meses del Mundial de Australia y Nueva Zelanda sentó un precedente, pues ahora han sido los combinados nacionales de Canadá y Francia quienes han dicho basta a sus federaciones.
Después de más de un año negociando con la Canadian Soccer para igualar condiciones y salarios en las secciones masculina y femenina, este mes, la institución canadiense anunció un "recorte significativo" en los presupuestos para ambos equipos con, además, una diferencia notable entre el masculino y el femenino. Ambos equipos emitieron un comunicado protestando y pidiendo explicaciones.
En la nota expresaban su profundo malestar porque "se les dice a las jugadoras que se preparen para rendir a un nivel de clase mundial sin el mismo nivel de apoyo" que la selección masculina en Qatar, "y con recortes significativos en nuestro programa". Las futbolistas hicieron una lista de las limitaciones a las que se enfrentan: menos días de concentración, menos jugadores y miembros del staff, menos actividades para las categorías inferiores y sin partidos en su país antes de la Copa del Mundo.
Las futbolistas aseguraron que "estamos cansadas, cansadas de tener que luchar constantemente por un trato justo y equitativo, y por un programa que nos dé la oportunidad de conseguir lo que sabemos que este equipo es capaz de lograr".
Por ello, anunciaron una huelga y su intención de no disputar la She Believes Cup, en la que participaron también Estados Unidos, Brasil y Japón, hasta que cambiasen las cosas, aunque finalmente se vieron obligadas a vestirse de corto ante la amenaza de la Canadian Soccer de "emprender acciones legales" si no participaban en el torneo.
Una de las afectadas, Christine Sinclair publicó en redes sociales: "Para que quede claro, estamos siendo forzadas a trabajar. Esto no se ha acabado. Seguiremos luchando por todo lo que nos merecemos y vamos a ganar".
Por su parte, Wendie Renard, capitana de la selección francesa, anunció su retirada de la selección en un comunicado que decía: "No puedo seguir apoyando el sistema actual, que está muy lejos de las exigencias del más alto nivel. Es un día triste pero necesario para preservar mi salud mental. Con el corazón encogido, os comunico mi decisión de retirarme de la selección francesa. No jugaré este Mundial en estas condiciones".
Le siguieron las dos atacantes del PSG, Antoinette Katoto y Kadidiatou Diani. "No estoy conforme con la gestión del equipo francés y los valores transmitidos. He decidido aparcar mi carrera internacional hasta que se apliquen los cambios necesarios", aseguró la primera. "Soy la primera seguidora de la selección francesa y, si finalmente se realizan los cambios necesarios, volveré", anunciaba Diani.
La institución ha dejado claro que "nadie puede estar por encima de la institución", aunque asegura que "prestará la atención necesaria al fondo para encontrar una solución positiva" con el objetivo en mente de "restablecer" una situación adecuada "para el rendimiento" del combinado nacional a pocos meses para el Mundial.