Reinildo Mandava es uno de los jugadores intocables en el once de garantías de Diego Pablo Simeone. Llegó el último día del mercado de invierno, procedente del Lille, y en su tiempo como rojiblanco ha trabajado hasta hacerse con un hueco en la importantísima defensa del Atlético de Madrid.
Reinildo Mandava (28) llegó procedence del Lille, donde había sido nombrado mejor defensor de la Ligue1 la pasada temporada. Previamente había jugado en la liga portuguesa y en la de su país, Mozambique.
"Ahora 35 millones de habitantes de Mozambique son del Atleti. Todo el mundo mira la tele. Todos, todos. Cuando vuelvo me tienen mucho respeto y me tienen como un ejemplo. Todos saben mi historia. Que es posible llegar arriba con trabajo y dedicación". Mandava hacía 50 minutos andando, hambriento y sediento para jugar al fútbol y hoy es una pieza clave en una de las defensas más exigentes del mundo.
La operación se cerró por 3 millones de euros. Aunque terminaba contrato en verano, la necesidad de recuperar porterías a cero, victorias y garantías defensivas, hicieron que el Atleti desembolsara dicha cantidad. Ahora parece que la apuesta ha salido bien.
Es un jugador trabajador, que presiona muy bien a los rivales y que siempre está al 120%, como él mismo declaró en la primera entrevista que ofreció al Atlético de Madrid. En La Liga ha jugado 9 partidos, donde el equipo de Simeone ha cosechado 7 victorias y 2 derrotas, y ha encajado 9 goles (1 gol por partido). Sin Reinildo, el equipo había encajado 25 goles en 22 partidos (1,14 goles por partido), y había caído hasta en 6 ocasiones. Sus datos ofensivos están en la media de jugadores puramente defensores: en la Ligue1 había hecho un sólo gol y 0 asistencias.
Se ha adaptado al esquema del 3-5-2, como central, y al del 4-4-2, como lateral, a pesar de que se proponía que el jugador fuera utilizado sobre todo en el último.
Su llegada, silenciosa pero notoria, pasó a crear cierta competencia sana con Renan Lodi o Mario Hermoso, que antes ocupaban su posición. Mientras que Hermoso quedó algo más estancado y lejos del nivel de la temporada pasada, Lodi se ha reinventado y se ha apoyado en su nuevo compañero para potenciar más sus aspectos ofensivos que defensivos, algo que cubre de manera satisfactoria el mozambiqueño.
"Cuando llegué, mis compañeros decían que tenía que hablar. Les dije que no, que yo no era de hablar, que lo que me gusta es bailar. Cuando acabamos el partido ante el Valencia, cuando llegué al vestuario... Y como me gusta, pues bailé. Y les gustó", declara Reinildo sobre sus bailes en el vestuario, donde todos parecen estar encantados con él.
Jugadores como Joao Félix se muestra ahora cercano al de Mozambique sobre todo en redes sociales, donde ambos se rien y bromean con naturalidad.