No ha faltado polémica interna y externa en esta temporada del FC Barcelona. No ha sido un curso fácil para los culés, no solo en la plantilla ha habido revuelo sino que en los despachos también.
A principios de año Ernesto Valverde era destituido, el equipo no convencía y los ojos se pusieron sobre él. Para cambiar esta situación contrataron a Quique Setién, el cual en la rueda de prensa de presentación prometió que la dinámica iba a cambiar y prometía buen juego, pero la realidad ha sido bien distinta.
Todo comienzo es difícil y más si tienes que manejar un vestuario como el del Barça en el que hay grandes estrellas. La debacle de Setién vino tras el confinamiento, de los diez encuentros disputados solo el de Villarreal se puede tildar como buen partido para los azulgranas.
Todo entrenador cuando llega quiere implantar su estilo y esto ha sido un problema. No encontraba cómo encajar todas las piezas del puzle. Tenía que hacer ajustes defensivos y en el ataque tenía que cuadrar a Messi, Suárez y Griezmann, pero todavía sigue sin dar con la tecla.
No solo en los encuentros oficiales ha tenido problemas. En los entrenamientos la cosa no anda bien. El método que aplicó desde el principio sin apenas días de descanso no gustó nada y es algo que ha tenido que rebajar tras el parón.
El astro argentino es el rayo de esperanza que siempre tiene el equipo cuando se le presenta un partido complicado. Sus desavenencias con el entrenador vienen de unas declaraciones que Messi dio a 'Mundo Deportivo' donde decía que si no cambiaban la dinámica no iban a poder "pelear por la Champions". La respuesta del técnico no se hizo esperar y dijo que no estaba de acuerdo con él. Al ser público el revuelo fue mucho mayor por lo que la repercusión y la importancia también.
Lo que ya confirmó que la relación no iba del todo bien fueron las no charlas del delantero y el entrenador o su segundo en las pausas de hidratación. Estas imágenes retrataban mucho que las comunicaciones no eran buenas y se hacían latente en el césped.
Hasta ahora ha sido el club que tras la pandemia ha utilizado menos jugadores de toda la plantilla. Solo 20 por lo que son menos asiduos reclaman más minutos. También está el caso de Arthur, su negociación durante la crisis del coronavirus y después de que se hiciera oficial su traspaso a la Juventus, el entrenador ha decidido no contar con él a pesar de que sigue siendo jugador del primer equipo hasta final de la temporada. Este desplante hacia el brasileño no ha gustado nada a parte de sus compañeros y ha sido un motivo más para que se distanciaran.
En el clásico están puestos todos los ojos y todas la cámaras. Estas vieron cómo el segundo entrenador daba órdenes de manera acalorada a los futbolistas que estaban en el terreno de juego. Este hecho no gustó nada y supuso un antes y un después en las relaciones con el cuerpo técnico.
Seis victorias, tres empates y una derrota, ese es el balance que hasta ahora tienen. El problema es que las victorias han sido por la mínima y con alguna jugada aislada, sin profundidad, sin ocasiones, juego lento y apático. La actitud de los jugadores en el campo delataba que algo internamente no iba bien y eso se ha visto reflejado en los resultados.
Su futuro está en el aire, él mismo ha dicho que no tiene cien por cien claro que vaya a disputar el encuentro de Champions que tiene por delante los culés.