A Isco Alarcón le quedan cinco meses en el Real Madrid. Tras estar en las últimas ventanas del mercado con el cartel de transferible, solo la falta de ofertas le han mantenido en el equipo blanco. El malagueño tiene ofertas del extranjero pero su idea es continuar en Europa, pero para eso debe elevar su gris nivel de las últimas temporadas.
Alarcón fue titular por tercera vez esta temporada tras no hacerlo desde el pasado 28 de agosto, y pasó, contra el mismo rival, el Granada, de hacer un desplante al entrenador italiano Carlo Ancelotti a salir aplaudido del Santiago Bernabéu tras 65 minutos en los que fue el más activo de un ataque plano.
El centrocampista, aunque este domingo volvió a actuar como falso 9, empezó siendo titular en dos de los tres encuentros del Real Madrid, pero el primer parón de selecciones y unos problemas en la espalda lo relegaron a un segundo plano en los planes de 'Carletto'.
Hasta que el 21 de noviembre, después de apenas contar para el italiano, se negó al seguir calentando en la banda del Nuevo Los Cármenes tras un buen rato haciéndolo y ver que no era uno de los elegidos para entrar al terreno de juego.
Ancelotti negó el conflicto con el español, pero sus actos reflejaban más que sus palabras. Isco, quien acaba contrato el 30 de junio de 2022 y no tiene pinta de que vaya a extender su vínculo con el conjunto blanco, no volvió a aparecer vestido con la camiseta el Real Madrid hasta el 2 de enero, cuando jugó dos minutos frente al Getafe.
Hasta que llegó la Copa del Rey, esa competición que para algunos les sirve para cambiar su dinámica dentro de un equipo. En los octavos de final contra el Elche, Isco jugó 40 minutos y pasó de villano a héroe.
Perdió el balón que provocó el 1-0 de los ilicitanos en la prórroga, pero cinco minutos más tarde anotó el tanto que supuso el empate de una remontada que en el m.115 culminó el belga Eden Hazard.
Actuación que le abrió más minutos en la rotación de Ancelotti, sobre todo en el partido de cuartos de la Copa del Rey en el que fue la solución que intentó el italiano para la última media hora de un partido que se le atascó al conjunto blanco, hasta caer eliminado.
Ya como falso 9, buscando mayor asociación en el centro del campo, como reconoció Ancelotti en la rueda de prensa posterior en San Mamés, y a él le gustó ya que repitió el plan contra el Elche.
No le sirvió frente al Granada para solventar la dependencia ofensiva de Benzema y Vinicius, que sumaban hasta este domingo el 62 por 100 de los goles en LaLiga Santander del conjunto blanco, pero sí fue el mejor en una primera hora de juego con poco ritmo.
El que más se movió del ataque y liderando la presión sobre el guardameta Maximiano para obligarle a lanzar balones largos que ganaba la defensa madridista. Esfuerzo que le valió para salir aplaudido por la afición que se dio cita en el Santiago Bernabéu en mitad de un fin de etapa convulsa en el Real Madrid.
Situación que podría revertir de cara a un tramo final de la temporada en el que se evidencia en cada encuentro que Ancelotti necesita a más jugadores para la causa.