El Real Madrid se ha proclamado campeón de Liga con total merecimiento, el Barça no ha estado a la altura ni en el césped ni a nivel institucional. Hay muchos factores que algunos sectores barcelonistas consideran que han dejado en bandeja el título a su eterno rival y no son pocos.
Desde la destitución de Ernesto Valverde tras la eliminación de la Supercopa de España a manos del Atlético de Madrid, el club empezó a tomar una deriva peligrosa con decisiones que acabaron afectando al vestuario. La figura de Ernesto Valverde era muy respetada entre el núcleo duro del Barça y sentó a casi todos mal la decisión tomada por Eric Abidal, director deportivo.
A esto se suma que el FC Barcelona estuvo buscando sustituto en el banquillo azulgrana barajando varios nombres, como el de Koeman, que rechazó la oferta por su compromiso con la selección holandesa y el de Xavi, que fue el más mediático. El exjugador del Barça, ilusionado con el proyecto, no quiso hacerse con las riendas del banquillo porque consideraba que aún no estaba preparado.
Pese al viaje de Abidal para entrevistarse con Xavi, el director deportivo negó que se hubiera reunido con él para que aceptara el cargo en el banquillo. Sus declaraciones sorprendieron al propio Xavi y al entorno culé. El resultado, finalmente, fue fichar a Quique Setién, un técnico muy del gusto de la directiva por su estilo de juego.
Pero las declaraciones de Abidal fueron más allá, insinuando que los jugadores no habían estado a la altura del nivel exigido en el FC Barcelona. Esas palabras hicieron estallar a Messi que, ejerciendo de capitán, cargó duramente contra Abidal por considerar que la plantilla no tenía la culpa de las últimas decisiones tomadas por el club.
Bartomeu trató de apagar el incendio, pero la llama estaba ya encendida. El entorno culé también empezó a señalar a Piqué por estar más centrado en su Copa Davis que en el juego de su equipo y Rakitic veía cómo día sí y día también aparecía su nombre en un futuro traspaso, sin que el club hubiera hablado con el jugador.
La crisis institucional fue agrandándose cuando el programa Què t'hi jugues de la Cadena SER de Barcelona destapó que la actual directiva azulgrana había contratado a una empresa -I3 Ventures- para que, a través de sus redes sociales, limpiara la imagen de Bartomeu y su directiva, mofándose de jugadores como Piqué, Messi e incluso exjugadores como Xavi y Guardiola. Un escándalo que quiso zanjar hace unos días el presidente del FC Barcelona tras obtener los resultados de la auditoría PricewarthouseCoopers: "Está casi finiquitado. Estamos analizando el informe para cerrar el caso. No hay corrupción y era muy importante demostrarlo", explicó el presidente culé.
Y esta crisis institucional pasó al terreno de juego. La llegada de Quique Setién al banquillo azulgrana iba a ser un soplo de aire fresco pero, lejos de esto, perdió el liderato de la Liga a manos del Real Madrid, fue eliminado de la Copa del Rey y el juego del equipo no empezaba a funcionar.
Setién se apoyó mucho en su segundo de a bordo, Eder Sarabia, pero sus formas de dirigirse a la plantilla no sentaron nada bien a los pesos pesados del banquillo y el club decidió darle un toque de atención.
Y a esto se suman los líos de Griezmann, que fue suplente en los últimos partidos convirtiéndose habitualmente en el primer cambio de Setién. El francés y su entorno estallaron cuando Quique Setién lo sacó al campo cuando tan sólo quedaban unos minutos de juego. Además, el poco 'feeling' de Messi y Luis Suárez con el técnico cántabro se ha visto reflejado en numerosas ocasiones en las pausas de hidratación o en el último cambio al uruguayo. Y el colofón es la no renovación de Messi. A pesar de que Bartomeu asegura que el capitán azulgrana seguirá, pase lo que pase, el entorno culé ya empieza a poner en duda la promesa del presidente y temen que el argentino se harte definitivamente.
El Real Madrid, ajeno a estos líos, ha sabido rehacerse y centrarse en el final de la temporada, una temporada que empezó de manera convulsa en el equipo merengue pero que ha sabido corregir su rumbo a tiempo llevándose el título que más ansiaba Zidane.